Los dos psicólogos que trabajan a diario con el colectivo de Ludópatas Asociados en Rehabilitación del Principado de Asturias (LARPA) -una entidad con sede en Oviedo- están "completamente desbordados" ante el crecimiento del número de jóvenes que acuden a la asociación desesperados y pidiendo ayuda para salir de la adicción al juego. Llegan algunos junto a sus familias, después de tocar fondo, a la desesperada y muchas veces tras haber gastado el dinero para una academia, del alquiler del piso de estudiante o de haber vendido los regalos de Navidad. "En esa franja de edad todavía hay personalidades que son muy frágiles, en algunas ocasiones hay problemas familiares, asocian el juego a conseguir dinero rápido? Pero una buena culpa la tiene la publicidad tan agresiva que les está bombardeando por todos los lados", señala Aida Díaz, una de las psicólogas de LARPA. Y avisan de que el peligro no ha hecho más que empezar, que suben las adicciones a teléfonos móviles y videojuegos, un mal al que se suman cada vez más mujeres.

"Todos los jugadores sufren porque son enfermos, pero la mujer, en muchas ocasiones, se enfrenta sola al problema y hay más vulnerabilidad. La sociedad aún no ve igual a un hombre ludópata que a una mujer ludópata, parece que no se entiende que la mujer pueda caer en esto como cualquier persona y a veces las familias no les apoyan tanto como deberían", explica Aida Díaz.

En Oviedo, una protesta germinó en Ventanielles ante la apertura de una casa de apuestas en el barrio a la que, dicen los vecinos, acuden los jóvenes de la zona a gastar lo que tienen y lo que no. El grupo municipal de IU ha pedido que se limite la concesión de licencias para estos negocios y el Principado ya ha anunciado que ordenará registrar la identidad de quienes accedan y que establecerá distancias mínimas entre estos locales.

La patronal del sector, sin embargo, garantiza que los negocios de juego presencial están fuertemente regulados y que los peligros se encuentran en internet, donde los menores están solos ante el peligro y donde la publicidad del juego campa a sus anchas.

El colectivo LARPA no sólo atiende a jóvenes apostadores, también han notado un aumento de "adicciones severas" a los videojuegos de consola u ordenador y a los de los teléfonos móviles. "Dentro de esos juegos hay micropagos y eso ya está causando problemas en muchas familias, dice Iván López, psicólogo de LARPA. "Por eso es importante "que la prevención se trabaje tanto con los niños como con sus padres, estamos dispuestos a dar charlas en colegios si hace falta o en las asociaciones de padres que lo pidan para tratar de erradicar este problema", añade.

"No hay que juzgar a los enfermos, hay que tratar de ayudarlos", insiste Iván López. No en vano, detrás del problema de ludopatía de algunos jóvenes "puede haber depresiones, ansiedades... Es decir, síntomas psiquiátricos", añade. "La ludopatía es una enfermedad crónica. Te puedes rehabilitar, pero no te curas nunca", dice Aida Díaz.

Según explica Maxi Gutiérrez, presidente de LARPA, "Alrededor de un ochenta por ciento de las personas que vienen a las terapias se rehabilitan, un diez por ciento tienen pequeñas recaídas y el otro diez no lo consiguen".

La normativa del juego está en manos del Gobierno regional. Asegura que Asturias es una región muy restrictiva. "Somos la comunidad con menos salones de juegos de azar por millón de habitantes y la segunda con menos salones de juego de toda España. Hay un total de 22 establecimientos, solo por delante de La Rioja, que cuenta con 20 locales de estas características, y seguida de Cantabria, donde operan 28 locales", dicen fuentes del Ejecutivo Regional. En relación a su población, el Principado dispone de 21,26 salones por millón de habitantes, muy por debajo de la media nacional (67,91 salones por millón de habitantes) y de otras Comunidades como La Rioja (63,42), Murcia (221,05) o Cantabria (48,25).