La iglesia parroquial de San Isidoro el Real celebró ayer por la tarde la festividad de San Juan Pablo II con una singular eucaristía, en la que los fieles al final veneraron una reliquia que guarda este templo. Se trata de un tesoro que tiene la máxima categoría. Y es que esta reliquia está considerada por la Iglesia católica con la categoría de primer grado, ya que pertenece a un trozo de tela con la sangre del Santo, procedente de la sotana que vestía el día del atentado que sufrió siendo Papa en la plaza de San Pedro del Vaticano, el 13 de mayo del año 1981.

Además, al final de una ceremonia solemne y a la que asistieron numerosos fieles y representantes de otras cofradías de la Semana Santa ovetense, se dio lectura al decreto del arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, que autoriza la nueva denominación de la cofradía que tiene su sede canónica en esta iglesia y también de la bendición apostólica del Papa Francisco.

El encargado de hacerlo fue el hermano mayor, Luis Manuel Alonso. Sin duda alguna ayer fue un día histórico para las cofradías ovetenses. Real y Trinitaria Archicofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores en su Inmaculada Concepción es el nuevo nombre que adoptaron las dos cofradías fusionadas, ambas con sede canónica en esta iglesia.

El acto religioso fue presidido por el párroco de San Isidoro el Real, José Luis Alonso Tuñón, que aprovechó su homilía para reflexionar sobre la figura del Papa, que en líneas generales dijo que "es la de mantener la unidad de la Iglesia y acrecentar la fe. El mismo mensaje que le dio Jesús a San Pedro", resumió.

El sacerdote también tuvo un recuerdo para el Papa Pablo VI, "que no fue comprendido en España y que por eso nunca hizo una visita a nuestro país, porque el Gobierno de turno nunca lo invitó". El Papa, al ser también un jefe de Estado, el del Vaticano, no podía venir por iniciativa propia.