Elena FERNÁNDEZ-PELLO

A pesar de ser una ruta milenaria, el Camino de Santiago parece haber sido hecho a la medida del turista actual. Rafael Sánchez Bargiela, gerente de la sociedad que gestiona el Plan Xacobeo para la Xunta de Galicia, sostiene que es "un producto turístico para el siglo XXI" y que "se adapta muy bien a la nueva demanda turística". "Es una oferta excepcional de turismo cultural y experiencial", que ha prosperado con la filosofía "low cost" y los periodos vacacionales más cortos. Oviedo se consolida como "uno de los principales lugares de partida", según Sánchez Bargiela, que cifra en ocho mil los peregrinos que el año pasado salieron de la capital asturiana hacia Santiago de Compostela.

Sánchez Bargiela, medievalista, con una larga experiencia en gestión cultural y al frente del Xacobeo desde hace cinco años, intervino ayer en la jornada "Los encuentros en el Camino, organizada por la Cámara de Comercio de Oviedo y pensada para los emprendedores. El concejal de Economía de Oviedo, Rubén Rosón (Somos), participó en la presentación, junto al presidente de la Cámara, Carlos Paniceres, y la decana de la Facultad de Turismo, Marián González Rúa, asistió a las conferencias.

El próximo Xacobeo será el de 2021. Ayer, Rafael Sánchez Bargiela, defendió "la peculiaridad" de la Ruta Jacobea y advirtió que "el gran riesgo del Camino es que lo banalicemos y que pierda su singularidad". La espiritualidad, su identidad histórica, el patrimonio cultural y la acogida son rasgos que definen el Camino, según Rafael Sánchez Bargiela, y que hay que preservar. por encima de los nuevos usos turísticos.

Es más, Sánchez Bargiela admitió que rutas interesantes por su paisaje o por el patrimonio cultural a lo largo de la andadura "las hay iguales y mejores que la nuestra" e hizo ver que lo que hace atractivo al Camino son todos los intereses que coinciden en él.

"El año pasado tuvimos más de trescientos mil peregrinos", indicó el responsable del Xacobeo, y eso atendiendo solo a la cifra de solicitantes de la compostela -el certificado que expide la Catedral de Santiago a la llegada-. Se estima, según los datos de la Xunta, que un treinta por ciento de las personas que hacen la ruta no la solicitan, así que hay que sumarlas, al igual que las que siguen adelante y acaban en Cistierna y Muxía. La mayoría de los peregrinos ya son de fuera de España, y los más numerosos legan, por este orden, de Italia, Alemania y Estados Unidos.