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Un conflicto con el proyectista bloquea la reparación del Tartiere desde hace un año

El ingeniero muestra su "máxima preocupación" por el incumplimiento de los plazos y alerta de que los desperfectos en la estructura van a más

Una imagen aérea del estadio Carlos Tartiere. J. R. SILVEIRA

El ingeniero asturiano que redactó el proyecto para la reparación de la deteriorada estructura del Carlos Tartiere advierte de que los abundantes problemas detectados en las primeras inspecciones del estadio han ido a más y que las soluciones que le ha planteado a la Concejalía de Infraestructuras para atajar los desperfectos han entrado en una situación de "bloqueo" que se alarga durante casi un año. Las diferencias con el funcionario responsable del contrato, adscrito al área de Construcción de Edificios y Patrimonio, provocan que se estén incumpliendo los plazos previstos para la ejecución de unos trabajos cuyo coste, según han indicado fuentes municipales, alcanza los dos millones de euros. En un escrito registrado el pasado día 17 en el Ayuntamiento y dirigido al alcalde, el socialista Wenceslao López, este ingeniero, especializado en patologías de la construcción y con más de veinte años de experiencia en el sector, muestra su "preocupación ante la situación en que se encuentra la estructura" del estadio, inaugurado en septiembre de 2001, y emplaza al regidor a que tome las medidas oportunas para llevar a buen puerto la actuación.

Un informe realizado en 2016 por la firma Ingenieros Asesores de Construcción alertó de un cúmulo de desperfectos en la estructura del Carlos Tartiere, muchos de ellos apreciables a simple vista y la mayor parte ocasionados, según los técnicos, por una "inadecuada conservación durante los primeros años de vida" del estadio, periodo que coincidió con la etapa más negra de la historia del Real Oviedo. "Sin perjuicio de otras indicaciones que pudieran dictar los servicios municipales competentes", los especialistas que chequearon el estadio recomendaron "obras de reparación de todos y cada uno de los elementos estructurales del inmueble cualquiera que sea su ubicación". Más en concreto, centraron los trabajos necesarios en la estructura de las vigas, pilares, muros, forjados de hormigón armado y prefabricado de los paneles de fachada, acero estructural, cerchas, celosías y tirantes de la cubierta, incluyendo los anclajes y las uniones.

Tomando como base el informe de Ingenieros Asesores de Construcción, el Ayuntamiento adjudicó en julio de 2017, con un coste de 9.500 euros, el proyecto para atajar la problemática en la estructura a un ingeniero de la región, con un plazo de ejecución fijado en dos meses. Según la versión de este profesional, la complejidad del encargo, la importante cuantía de las obras, la "urgencia" de la actuación y la aparición de nuevos desperfectos que no figuraban en el inventario inicial provocaron que se realizaran diversas entregas parciales hasta que en en septiembre de ese mismo año se completó la entrega del proyecto. Un mes después, el alto funcionario municipal responsable del contrato solicitó al redactor una serie de modificaciones y aclaraciones, que fueron "atendidas puntualmente", según indica este profesional, que en el mes de noviembre recibió el encargo de redactar de nuevo el proyecto para la estructura del Tartiere, con un alcance menor que el inicial, a fin de reducir el presupuesto.

El ingeniero afirma que el 28 de diciembre, y sin que el funcionario responsable accediera a reunirse con él, entregó por registro la nueva versión del proyecto, acompañada de la factura. De acuerdo con su versión, la factura le fue devuelta y, tras pedir explicaciones por este hecho, el empleado municipal que tutela el contrato le comunicó una serie de objeciones al proyecto. Fueron respondidas, pero sin que ello haya servido para desbloquear la situación.

Llegados a ese punto, el ingeniero registró la semana pasada en el Consistorio una solicitud de amparo a Wenceslao López, en la que pone en su conocimiento que el informe pericial de 2016 establece unos plazos máximos de uno, tres y cinco años para ejecutar la reparación de la estructura y que el Ayuntamiento ya dispone del proyecto para atajar las deficiencias detectadas. Pese a ello, alerta de que su "preocupación" es "máxima", por cuanto la situación de "bloqueo" provoca que se estén "incumpliendo los plazos marcados, tanto en el informe previo como en el proyecto, para la ejecución de las necesarias reparaciones, con el correspondiente riesgo de progreso del deterioro de la estructura".

El arreglo de la estructura es la actuación más relevante de cuantas están pendientes en el Carlos Tartiere, que suman más de cuatro millones de inversión y entre las que también destacan la construcción de los nuevos accesos al estadio, con el objetivo de evitar las escaleras que salen hacia la avenida Alejandro Casona desde la tribuna Lángara, o la adaptación de la iluminación a las exigencias de la Liga de Fútbol Profesional (LFP). Además, queda pendiente una solución definitiva para el césped.

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