El presupuesto inicial para la reparación de la dañada estructura del Carlos Tartiere ascendía a dos millones de euros. Sin embargo, el arquitecto asturiano que redactó el proyecto presentó a finales de diciembre de 2017 una propuesta de actuación mucho más ajustada a las posibilidades económicas del Consistorio, que permitía ejecutar las obras necesarias en el estadio por menos de 800.000 euros. Pese a ello, según este profesional, la actuación continúa "bloqueada" y el tripartito sigue sin abonarle la factura por un trabajo adjudicado en el mes de julio de 2017.

De acuerdo con un informe pericial previo, elaborado en 2016 por los técnicos de la firma Ingenieros Asesores de Construcción, el Carlos Tartiere que se achacan a una "inadecuada conservación durante los primeros años de vida" del estadio, inaugurado en septiembre de 2001. En concreto, los expertos recomendaban actuar sobe "todos y cada uno" de los elementos estructurales de la edificación, desde las vigas, pilares, muros, forjados de hormigón armado y paneles de la fachada, hasta el acero estructural, las cerchas, celosías y tirantes de la cubierta. El estudio planteaba un calendario para la ejecución de los trabajos -en función de la urgencia- de uno, tres y cinco años.

La Concejalía de Infraestructuras adjudicó en julio de 2017, tomando como base el informe previo, un proyecto para acometer la reparación de la estructura del Tartiere con un presupuesto de 9.500 euros y dos meses de plazo de ejecución. El encargo lo recibió un ingeniero asturiano especializado en patologías de la construcción y con una experiencia de dos décadas en el sector. La complejidad de la actuación, y el hecho de que se localizasen desperfectos que no estaban en el primer estudio, llevó a que se realizaran entregas parciales del proyecto, hasta su culminación en septiembre de ese mismo año con un catálogo de actuaciones que sumaban dos millones de euros.

Tras recibir el trabajo, el funcionario municipal encargado del contrato solicitó al redactor una serie de modificaciones y aclaraciones. Posteriormente, le reclamó un nuevo proyecto, de menor alcance y coste más reducido. Este nuevo trabajo, que rebaja considerablemente el presupuesto hasta dejarlo en menos de 800.000 euros, entró en el registro municipal el 28 de diciembre acompañado de la correspondiente factura.

El ingeniero denuncia ahora que el Ayuntamiento no le paga, pese a que también ha contestado a las objeciones planteadas por el mismo funcionario al segundo proyecto. "Preocupado" al "máximo" por un bloqueo de la actuación que está llevando ya al incumplimiento del primer plazo marcado por los expertos, este profesional ha puesto los hechos en conocimiento del alcalde, el socialista Wenceslao López, a través de una solicitud oficial de empleo con el objetivo de que tome cartas en el asunto y que impulse la necesaria reparación de la cubierta del Tartiere.