El ovetense que permanece en prisión preventiva como único acusado de la muerte de José Manuel Fernández -el hombre que apareció acuchillado en el cuarto de basuras del edificio de Salesas el 27 de junio del año pasado- será juzgado por un delito de asesinato a partir del día 14 de enero en la sección segunda de la Audiencia Provincial. La selección de los integrantes del jurado popular que participarán en el proceso tendrá lugar tres días antes y está previsto que el juicio contra José Luis Díaz Ramos se prolongue al menos durante cuatro sesiones debido al gran número de testigos y de pruebas periciales que obran en el sumario del caso.

El ministerio público considera que hay suficientes pruebas como para demostrar que José Luis Díaz Ramos fue el autor de las dos puñaladas que acabaron con la vida de "Lolín" -así era conocida la víctima en su entorno más cercano- y que existen sobradas evidencias que ponen de manifiesto que lo hizo con premeditación y alevosía. Es decir, que tenía pensado matarle y que ideó un plan para que el fallecido no pudiera defenderse ni pedir ayuda en el momento del ataque.

El abogado del acusado por su parte, considera que José Luis Díaz Ramos no estaba en el lugar de los hechos a la hora en la que se produjo el crimen. La autopsia oficial refleja que la muerte de José Manuel Fernández se produjo "en torno a las cuatro o cinco de la madrugada" de ese 27 de junio y el sospechoso fue grabado entrando al edificio a las doce y cinco de la noche. Los investigadores sostienen que la víctima recibió los navajazos unas horas antes y que el asesino se fue del cuarto de basuras del edificio de Salesas cuando "Lolín" aún estaba vivo, pero la defensa del acusado cuenta con un informe forense de un médico externo que refleja que José Manuel Fernández habría tardado menos de quince minutos en morir.

La defensa también sostiene que las cámaras de seguridad grabaron a José Luis Díaz Ramos saliendo del edificio cinco minutos después de haber entrado, por lo que no habría tenido tiempo de cometer el crimen. El propio sospechoso envió una carta a LA NUEVA ESPAÑA que fue publicada en su día de forma íntegra y en la que asegura no ser el asesino. "Me veo involucrado en esta historia siendo inocente, y además sabiendo que en estos momentos se encuentra impune el verdadero autor y caminando por la calle", recoge la misiva.