La diputada de IU en la Junta General del Principado Concha Masa participó ayer, en la Universidad, en un coloquio sobre mujer y lucha obrera. Antes de que diera comienzo, Masa charló informalmente sobre su posible inclusión como número uno en la lista de IU para las próximas municipales. La parlamentaria manifestó que su deseo es "ser una candidata de consenso", ya que no militan en la formación, y que no quiere "entrar en competencia con otros candidatos".

Masa, que es profesora de Matemáticas en la Universidad de Oviedo, explicó que asume la propuesta que IU le ha hecho como "un servicio", en "agradecimiento" a las satisfacciones que le han dado estos años en la Junta y a pesar de que le supone "un sacrificio personal". "Me cuesta decir que no", reconoció.

Concha Masa asegura que por ahora no hay una decisión tomada, al menos por lo que ella sabe, y que IU aún está "en conversaciones internas". "No hay prisa ninguna", opinó, comentando que tiene mucho trabajo por delante en la Junta General y que aún no cree que haya llegado el momento de meterse "en la dinámica de una campaña electoral".

Concha Masa intervino ayer por la tarde en una mesa redonda organizada por el grupo municipal de IU, compartiendo mesa con la veterana militante de IU y CC OO Carmen Garrido y con Laura García, trabajadora del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y miembro de la unión comarcal de CC OO en Oviedo. La charla fue conducida por la responsable de Igualdad de IU de Oviedo, Alejandra Matallanas.

Sentados entre el público asistieron al coloquio el coordinador de IU en Oviedo Iván Álvarez, y la portavoz del grupo municipal, Cristina Pontón. La concejala de Somos Mercedes González, que asistía a un acto en un aula contigua, se acercó a saludar y conversar un rato con Concha Masa.

Durante la mesa redonda las tres ponentes compartieron sus experiencias en el terreno laboral. Carmen Garrido, empleada en Ensidesa entre los años 1957 y 1993, contó cómo, cuando ella empezaba, las mujeres no podían trabajar en la fábrica si estaban casadas; solo les estaba permitido trabajar como mecanógrafas, calculistas, secretarias de dirección o en los servicios de limpieza. Masa admitió que la Universidad, en la que ella ha hecho su carrera, es "un entorno privilegiado" pero aún así subsiste "el gráfico de tijeras: a medida que avanza la carrera profesional van reduciéndose las posibilidades de progresar de las mujeres". Laura García, la más joven de todas ellas, habló del sector sanitario, "muy feminizado y con empleo de mala calidad".

Las tres defendieron la huelga de mujeres como un instrumento "no solo válido, sino indispensable" para avanzar en la equiparación de hombres y mujeres.