El Ayuntamiento de Oviedo destina a las diferentes prestaciones municipales de carácter social el triple de fondos que gastaba en el mismo apartado hace tan sólo cinco años. Así lo anunció ayer la concejala de Asuntos Sociales, la socialista Marisa Ponga, quién atribuyó el incremento en la demanda de este tipo de ayudas al elevado paro de larga duración provocado por la crisis económica.

El Consistorio pasó de repartir 582.338 euros entre 965 solicitantes en el año 2013 a destinar para la misma causa 1,6 millones de euros entre 2.178 personas o unidades familiares el pasado año. Cifras que este ejercicio va camino de superar, ya que entre enero y octubre de lo que va de 2018 se concedieron 2.086 prestaciones por importe de 1.543.973 euros.

Actualmente, el Ayuntamiento cuenta con convocatorias de prestaciones sociales en varias líneas. Las que se llevan la mayor son las correspondientes a las familias en riesgo de exclusión social con 876.500 euros, seguidas por las ayudas de garantía energética (438.000 euros) y las ayudas al alquiler, amortización de vivienda y gastos de comunidad (104.000 euros).

La concejala achaca el gran aumento de la demanda de este tipo de ayudas sociales a "la masiva pérdida de empleo" producida en los primeros años de la crisis, en los que muchas personas agotaron las prestaciones por desempleo y se vieron obligadas a recurrir a los servicios sociales. "Estamos comprobando que hay una bolsa de personas en situación de vulnerabilidad que no han conseguido mejorar su situación económica, pese a la mejora de algunos indicadores", indica Ponga.

Por otra parte, la edil advierte de una "feminización de la pobreza". Según indica, las estadísticas del Consistorio apuntan a que las mujeres jóvenes con menores a su cargo son el colectivo más vulnerable. "Necesitamos cambios estructurales para solucionar estos problemas", declaró la concejala para luego asegurar que mientras llegan esos cambios "el Ayuntamiento seguirá atendiendo las necesidades básicas".