El trabajo desempeñado en los dos últimos años por la Policía Nacional para poner coto a los robos con fuerza en viviendas de Oviedo comienza a dar sus frutos. Desde mediados del año pasado hasta comienzos del presente agentes de la jefatura de la capital asturiana lograron desarticular siete bandas de georgianos dedicadas en exclusiva a asaltar pisos, provocando un descenso en este tipo de delitos del 70% en tan sólo un año.

El resultado se resume en que el último verano fue el más tranquilo en mucho tiempo en cuanto a denuncias de asaltos de esta clase, después de dos años de cifras récord en los que algunos agentes llegaron a admitir sentirse desbordados por la imparable actividad de las bandas. "Nos dijeron que no dan para más porque no paran de llamarlos para retirar testigos de plástico", comentaba en agosto de 2017 el portero de un bloque de viviendas en el que los cacos asaltaron un par de pisos y marcaron una treintena para controlar las ausencias de los residentes.

La Policía Nacional insistía en llamar a la calma, pero la alarma vecinal era cada vez mayor. Como respuesta se redoblaron los esfuerzos para dar caza a las bandas y sólo en la segunda mitad del año pasado se desarticularon cuatro grupos, entre ellos, el que será juzgado a partir de las 10.30 horas del próximo día 20 en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Oviedo.

Mantener la guardia

Pese a todo, las fuerzas y cuerpos de seguridad no bajan la guardia, pues no se descarta la llegada de nuevos grupos una vez que se relaje la vigilancia de este tipo de casos. "Son bandas que recorren toda Europa y suelen centrarse en determinados lugares de manera periódica", señala un cerrajero ovetense, conocedor de primera mano de la manera de actuar de los delincuentes caucásicos. "Son gente especializada y con años de experiencia", añade el profesional.