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Samaín y Halloween se reciclan en los centros sociales de Oviedo

El Cortijo, de La Corredoria, es el ganador del primer concurso de disfraces de locales de la Escuela Municipal de Sostenibilidad

Paisanos en el centro social de Teatinos.

La originalidad, la creatividad, el diseño, la innovación, la utilización de materiales reciclados y la participación de personas de distintas generaciones. Esos eran los valores que el jurado del primer concurso de disfraces de Samaín organizado por la Escuela Municipal de Sostenibilidad de Oviedo andaba buscando la tarde del miércoles por los centros sociales del municipio, y los encontró. Aunque el concurso estaba abierto a asociaciones y colectivos, en esta primera edición fueron seis centros sociales los que se sumaron a él, cada uno con una singularidad y todos con ingenio y buen ambiente. El jurado, formado por las técnicas de la Escuela de Sostenibilidad y el concejal de Medio Ambiente, Ignacio Fernández del Páramo, se dividió, para visitarlos todos en una tarde y acabó el periplo con una deliberación de que la salió ganador el centro social del Cortijo, en el barrio de La Corredoria.

Cuentan desde la Escuela de Sostenibilidad que la decisión fue complicada porque cada uno de los montajes "tenía una virtud" y todos eran de mayor calidad de lo que se esperaban en este primer certamen. El elegido fue el de La Corredoria porque opinaron que había cuidado tanto las referencias al Samaín tradicional, que se quería impulsar, y porque extendieron la decoración por todo el edificio, hasta los cuartos de baño. Pero la elección fue tan complicada que para el año que viene ya piensan en más premios y varias categorías.

Por este año, el Cortijo se ha ganado una excursión para cincuenta personas a los meandros del Nora y la degustación de productos biológicos con la que estaba dotada esta primera edición del concurso. Los otros cinco centros sociales participantes -Teatinos, Colloto, Tudela Agüeria, San Esteban de las Cruces y Guillén Lafuerza- ganaron en diversión, que no se limitó al día del concurso ni a los que se disfrazaron y se encargaron de decorar los locales, sino también a los días previos de preparativos y a todos los que frecuentan sus centros sociales.

En Teatinos destacaron por su puesta en escena, recreando una casa rural asturiana en la que se celebraba la noche de las ánimas, con los comensales a la mesa, degustando productos de la temporada, de tertulia, contando historias tradicionales de miedo y rescatando objetos de uso cotidiano en los hogares.

En Colloto el jurado se encontró con un "altísimo grado de participación", con infinidad de actividades organizadas por la asociación vecinal y la organización juvenil de la localidad, con la colaboración de los dinamizadores del centro social. Prepararon incluso una ruta del terror por todo el pueblo, recreando ambientes terroríficos valiéndose de sonidos, ambientaciones y iluminaciones tenebrosas. Tanto se movilizaron que incluso atrajeron a gente del concejo vecino de Siero.

Los vecinos de Tudela Agüeria decoraron el jardín exterior de tal manera que parecía un cementerio. Fueron los que se aplicaron con más celo en recrear el Samaín asturiano, con una güestia creada reutilizando botellas de sidra, una ofrenda de los frutos del bosque, calabazas y castañas. Fue, a juicio del jurado, "el más tradicional".

En San Esteban de las Cruces hicieron una apuesta "equilibrada", con mucho material reutilizado, referencias al Samaín y con toda la entrada y el hall "disfrazados".

El centro social de Guillén Lafuerza puso mucho entusiasmo, según los miembros del jurado, con una decoración muy original a la entrada, una especie de gran bodegón de otoño y con divertidos efectos sonoros que hicieron ellos mismos, en tiempo real y con la ayuda de un megáfono.

Los ganadores, del Cortijo, se aplicaron afondo, con el centro social decorado desde la entrada, con el jardín convertido en un cementerio, un muro donde colgar los malos pensamientos para reciclarlos y tumbas con mensajes. Participaron varios colectivos de la Corredoria, clubs de lectura, gente del telecentro... y hicieron una puesta en escena "muy elaborada". Algunos personajes interactuaban con los usuarios del centro, ya desde la entrada y los más jóvenes escribieron e interpretaron una canción rapeada, "El rap del Samaín".

Para preparar la decoración y para sacar el máximo rendimiento de los materiales reciclados la Escuela Municipal de Sostenibilidad organizó un taller específico el pasado mes de septiembre. Y fue efectivo, porque la mayor parte de los disfraces estaban hechos de esa manera. Sólo las telas de araña se les resistieron a todos, y acabaron comprándolas. En varios centros acompañaron la escenografía y las representaciones de bandejas de dulces de Halloween -con forma de globos oculares, dedos, arañas...-. La convocatoria fue un éxito y superó las expectativas, según la organización, que ya piensa en la próxima.

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