La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los alumnos claman por la reunificación de los estudios de Medicina en el HUCA

"El traslado sólo benefició a los profesores", lamentan los estudiantes, críticos con que los dos primeros cursos de la carrera sigan en El Cristo

Los alumnos de Medicina de la Universidad de Oviedo reclaman una solución urgente a los problemas generados por la "ruptura en dos" que supuso para su Facultad el traslado al HUCA en septiembre de 2014 de los cuatro últimos cursos de la carrera. Los estudiantes se sienten engañados por el incumplimiento de la promesa del Principado de crear un gran campus de ciencias de la salud en el complejo sanitario y denuncian importantes trastornos derivados de los seis kilómetros de distancia que separan las aulas de la Facultad de El Cristo de las de La Cadellada.

Los inconvenientes generados por el traslado al hospital son innumerables, pero la gran mayoría podrían solucionarse con la culminación del traslado de los dos primeros cursos al hospital, según los alumnos. El problema es que las instalaciones actuales no tienen capacidad para ese traslado y los proyectos para ampliarlas están aparcados por falta de financiación, afirman. "La creación de aulas de la Facultad en el hospital sólo benefició a los profesores, pues ahora tienen más cerca las clases de sus consultas", coinciden en señalar varios matriculados críticos con los cambios realizados hace cuatro años.

Los principales afectados por la brecha existente en la Facultad son los alumnos con asignaturas pendientes de segundo curso. Los alrededor de 40 minutos de desplazamiento en autobús para ir de La Cadellada a El Cristo impiden que puedan acudir a las clases de las materias sueltas que les quedan de los dos primeros cursos. "Es físicamente imposible porque aquí tenemos ya clases todo el día", se lamentan los estudiantes.

A esos problemas se suman otros como la necesidad de tener que ir a las antiguas instalaciones para hacer todo tipo de trámites. "Como tengas que hacer una gestión ya pierdes casi una mañana de clases", explica una estudiante de cuarto curso inmersa en el papeleo para acceder el próximo curso a una beca Erasmus, igualmente crítica con el hecho de tener que desplazarse al otro extremo de la ciudad para poder reunirse con algunos profesores.

Del mismo modo, advierten que las aulas actuales de La Cadellada se quedarían pequeñas de no ser por el elevado absentismo existente. "Cabemos en las aulas porque la inmensa mayoría no va a clase y se limitan a estudiar los apuntes que les pasan", apuntan unos estudiantes que aseguran que a la mayoría de las clases "acuden 15 o 20 de los 160 alumnos que hay por curso".

La principal prueba de las limitaciones de las aulas inauguradas hace cuatro años es que los exámenes siguen realizándose en El Cristo. La Universidad se ve obligada a recurrir a las antiguas instalaciones para organizar las pruebas de los alumnos que en su mayoría no acuden regularmente a las lecciones presenciales de sus docentes.

La solución a todos estos impedimentos no parece sencilla. La reunificación de la Facultad en los terrenos del HUCA obligaría a llevar a La Cadellada las salas de prácticas de microscopios y anatomía. Algo que a los estudiantes les parece una utopía en los tiempos que corren. "Haría falta una inversión muy importante y no creo que estén por la labor actualmente", indica la alumna de cuarto curso Carla Menéndez.

Los estudiantes son conscientes de la necesidad de una importante movilización para satisfacer sus demandas, pero sostienen que tener una Facultad partida también lastra su poder de convocatoria. "La división impide un contacto permanente entre alumnos de los primeros y los últimos cursos y así es difícil compartir inquietudes y demandas", apunta la misma alumna.

Compartir el artículo

stats