Elena FERNANDEZ-PELLO
El politólogo y sociólogo Santiago Armesilla, un habitual en las sesiones de la Escuela de Filosofía de Oviedo con sede en la Fundación Gustavo Bueno, volvió ayer a conferenciar en el mismo foro, y dedicó toda la tarde a analizar el concepto de "la izquierda indiferente", a partir de la clasificación que el filósofo Gustavo Bueno hizo de las izquierdas -la extravagante, la divagante y la fundamentalista-. Armesilla sostiene que "en la España del presente hay una hegemonía social, cultural y política de la izquierda indefinida" y que, lo mismo que la izquierda y la derecha, "el feminismo es un mito oscuro y confuso".
Fueron algunas de las muchas observaciones que fue haciendo a lo largo de su clase magistral, a medida que explicaba algunos de los conceptos que Gustavo Bueno introdujo en su libro "El mito de la izquierda". El asunto le dio pie para hablar de las diferencias entre la izquierda y la derecha, del 15-M y los movimientos surgidos de él, de la huelga feminista, de empresa capitalista, de Netflix y de infinidad de cuestiones.
Armesilla hizo referencia al libro "La trampa de la diversidad", del militante del Partido Comunista Daniel Bernabé, que, según explicó, "critica el uso político que los neoliberales hacen de los grupos que se quedan al margen". Se trata, según Armesilla, de que "la empresa capitalista saca provecho de la diversidad", creando productos para satisfacer las demandas de los colectivos que apelan a ella, como las series o los documentales dirigidos a la comunidad de origen africano o latino o a los colectivos LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales).
El sociólogo se detuvo también, entre otras muchas cosas, en el análisis del movimiento del 15-M, que en su opinión supuso "un punto de inflexión de la izquierda extravagante". Según Armesilla esa izquierda integra a las organizaciones no gubernamentales, a colectivos como el feminista y los antifascistas, entre otros. Armesilla, que fue testigo directo de lo que ocurrió en aquellos días de 2011 en la Puerta del Sol, contó que "no había filtro ninguno" y que lo mismo se leían textos de la neoliberalista Ayn Rand que se hablaba de la vida extraterrestre. Él asegura haber encontrado entre la multitud congregada en la plaza incluso a grupos falangistas.
