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Mucho suelo, poca estrategia

Oviedo lleva debatiendo dos décadas sobre el futuro del viejo HUCA y la fábrica de armas sin haber cerrado aún las propuestas para ambos enclaves, que suman 344.000 metros

Mucho suelo, poca estrategia

Oviedo lleva dando vueltas al futuro del viejo HUCA y de la fábrica de armas desde hace veinte años, sin que, a día de hoy, esté totalmente definido qué se va a hacer en ambos enclaves. Con una superficie equivalente a cuatro veces el Campo San Francisco, los 344.000 metros cuadrados liberados por el cierre del recinto fabril, en 2012, y por el traslado del Hospital Universitario Central de Asturias a La Cadellada, en 2014, suponen una oportunidad estratégica de primer orden para la ciudad y para el área central de la región. A juicio del alcalde, Wenceslao López, se trata de una bolsa de suelo sin apenas parangón en España. Sin embargo, pese a que el debate sobre los usos de estos espacios más allá de las actividades industrial y sanitaria ya se puso encima de la mesa hace dos décadas -en los primeros años noventa del pasado siglo- todavía no hay decisión alguna sobre qué hacer con la fábrica de armas, donde hay 120.000 metros cuadrados disponibles, en caso de que llegue a buen puerto la negociación con Defensa para la cesión al municipio de la parcela. Para el viejo HUCA, con 224.000 metros cuadrados, únicamente hay la propuesta ganadora de un concurso de ideas que no ha cristalizado en proyectos concretos.

El Cristo y La Vega siempre han ido de la mano en el debate sobre el futuro de la ciudad. Ya en 1990, Juan Luis Rodríguez-Vigil, entonces consejero de Sanidad de Pedro de Silva, animaba al Ayuntamiento de Oviedo a negociar con el Ministerio de Defensa la reconversión de la fábrica de armas en un parque tecnológico urbano, aprovechando el "tirón" que supondría la apertura del nuevo HUCA en La Cadellada, algo que se iba a hacer realidad, según los cálculos de entonces, en 1999 y que permitiría construir una ciudad universitaria en los terrenos que se abandonarían en el Cristo. El propio Rodríguez-Vigil encargó en 1992 un plan estratégico para La Vega que partía del traslado de la fábrica y del derribo de la mayor parte de sus edificaciones. La propuesta, diseñada por Sogepsa, incluía levantar en el recinto un auditorio-palacio de congresos, un gran centro comercial, dos torres gemelas, la estación central de autobuses de la ciudad, el pabellón que Asturias llevó a la Exposición Universal de Sevilla y alrededor de 700 viviendas. Además, en línea con el proyecto que se está diseñando ahora, también se preveía convertir la entrada a la ciudad por la "Y" en un bulevar urbano y apartar la circulación de la iglesia prerrománica de Santullano. El "plan Vigil" no tardaría en caer en el olvido.

A nivel municipal, las propuestas para La Vega también se anticiparon en varios años al cierre, sin que prosperase ninguna de ellas. En 1991, durante la campaña que le llevó por primera vez a la Alcaldía, Gabino de Lorenzo propuso llevar la fábrica al polígono del Espíritu Santo y ceder La Vega a la Universidad. Posteriormente, en 2003, y ya como regidor, planteó habilitar una factoría cultural, un parque y la venta de parte del terreno para construir viviendas que financiasen la actuación. En 1996, en plena búsqueda de alternativas al campo de Buenavista, el Real Oviedo sugirió llevar el Nuevo Carlos Tartiere al enclave, algo que el Ayuntamiento paró en seco.

En 2013, un año después del cierre de la fábrica, el gobierno municipal de Agustín Iglesias Caunedo (PP) abogaba por instalar un recinto ferial en La Vega, pero siempre bajo la premisa de que la definición de usos de ese recinto estuviese vinculada a los del viejo HUCA del Cristo.

El tripartito ha acelerado la negociación con el Ministerio de Defensa para que esos 120.000 metros cuadrados pasen a manos municipales cuanto antes. Wenceslao López sostiene que las conversaciones se encuentran en la recta final y parece que el principal escollo para culminarlas está en que la Ley de Patrimonio prohibe una transacción que no tenga en cuenta el precio de mercado de los solares. La última tasación del Ministerio alcanza los 32 millones de euros.

El caso es que, de ser realmente así, Oviedo afronta la fase definitiva de la negociación por La Vega sin concretar un plan de usos para ese ámbito. Un gran recinto ferial al estilo del Luis Adaro de Gijón, factorías culturales, nanotecnología o un parque tecnológico son algunas de las propuestas que se han puesto encima de la mesa durante los últimos meses. El último planteamiento, procedente de la Cámara de Comercio y con notables apoyos en el sector, aboga por una "milla del conocimiento" basada en la industria biosanitaria.

El proceso para dar nuevos usos al abandonado HUCA del Cristo está considerablemente más avanzado, aunque aún quedan numerosas y trascendentales cuestiones por concretar. Y ello cuando ya se han cumplido doce años desde que el Principado, tras haber decidido mucho antes el traslado al barrio de La Cadellada, acordara con la Seguridad Social una permuta, cuya materialización definitiva quedó pendiente, con la que aseguraba el control de todos los solares y edificios del complejo. De acuerdo con lo establecido entonces, la administración autonómica se reservaba los terrenos de la Residencia a cambio del hospital Monte Naranco y derechos de edificabilidad de 20.000 metros cuadrados. El Principado, que ya tenía en propiedad el resto del enclave, anunciaba en aquel momento que se ponía manos a la obra para dar unos nuevos usos a los 224.000 metros cuadrados disponibles. En 2007, tras una reunión con Gabino de Lorenzo, el presidente del Principado, el socialista Vicente Álvarez Areces, prometía la convocatoria inmediata del concurso internacional de ideas que no se haría realidad hasta una década después.

Por el medio, como sucedió en el caso La Vega, se fueron planteando numerosos planes y propuestas de actuación que quedaron en nada, tales como la Ciudad de la Justicia, un recinto ferial, un campus universitario, un Centro de Salud para el barrio o minipisos en el edificio de Silicosis.

Andado el tiempo, y tras el fracaso de todas las alternativas que se fueron poniendo encima de la mesa, el Principado y el Ayuntamiento acordaron en 2013 la creación de una comisión técnica conjunta para desarrollar el Cristo y La Vega desde una perspectiva única. Para el viejo HUCA, se llevó a cabo una controvertida consulta popular, a partir de la cual se fijaron como actuaciones de consenso una residencia, un campus, viviendas para estudiantes y un recinto para conciertos.

Meses después, Wenceslao López desvelaba que el Principado iba a convocar un concurso internacional de ideas para concretar, de una vez por todas, el futuro del viejo HUCA. Ambas administraciones firmaron en abril de 2016 un protocolo para cerrar un plan del Cristo basado en la propuesta ganadora del concurso antes del mes de febrero de 2019. Los redactores de la propuesta vencedora proponen una ambicioso plan, articulado en torno a un campus y una gran zona verde. Sin embargo, permanece enredado en una tramitación administrativa y urbanística -que también implica a la Seguridad Social y a Interior- tan procelosa que todavía no ha sido posible ni meter piqueta a los edificios que, como el del hospital, tendrán que ser derribados para iniciar la actuación.

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