Para la exministra socialista Matilde Fernández -"Matildina la de La Romía", tal y como recuerda que la llamaban en el pueblo lenense de sus padres y sus abuelos- su pertenencia a la masonería es inseparable de su lucha feminista. La mujer que fue responsable de Asuntos Sociales en el gobierno de Felipe González pertenece a la Orden Masónica Mixta Internacional El Derecho Humano, la única que admite mujeres y que cuenta con una federación internacional. "Merece la pena respaldar una organización así", comentaba ayer en Oviedo, minutos antes de dar una conferencia invitada por la logia ovetense Progreso 1850 a su entrega anual de premios, en la biblioteca de La Granja, en el Campo San Francisco.

El vínculo de Matilde Fernández con la masonería viene de largo: "Todos los que hemos tenido familiares en la lucha por las libertades tenemos antecedentes masónicos". Su abuelo materno era masón y para ella nunca fue nada oscuro ni misterioso. "En la izquierda española había muchos masones", dice. Asegura que "todavía hay muchos recelos" sobre la masonería y está de acuerdo con Jesús Sampériz, el presidente de la federación nacional de El Derecho Humano, en que ha llegado la hora de "normalizar" su actividad. Sampériz define la masonería como "un laboratorio de pensamiento y un sueño de fraternidad" y Fernández la liga al librepensamiento, a la democracia y a la Declaración de los Derechos Humanos, que es para ella "la Constitución universal".

Matilde Fernández recalcó que El Derecho Humano es la única orden masónica mixta, creada por un hombre y una mujer en Francia a finales del XIX, y considera "inaudito" que las órdenes de influencia británica, que son mayoría, aún no admitan mujeres. A lo largo de su conferencia quedó a la vista que una de sus referencias políticas y vitales es Clara Campoamor, también masona. Matilde Fernández, actualmente en la Asamblea de Madrid y presidenta de ACNUR en España, la citó al recordar a las mujeres que "la libertad se conquista ejerciéndola".

Matilde Fernández, que inició su activismo en el sindicato UGT y que en su día se alineó con el guerrismo, felicitó a las dos organizaciones galardonadas este año por Progreso 1850: el colectivo CAVASYM que trabaja con víctimas de violencia sexual, y las Kellys Unión de Asturias. Ambas estuvieron representadas en la entrega de los premios por Ana María González y Paloma Escobar, respectivamente. La ex ministra, que asistió por la tarde a la colocación de un monolito conmemorativo del décimo aniversario de Progreso 1850 en el parque Purificación Tomás, afirma que el feminismo tiene por delante dos grandes retos, que son la ilegalización de la prostitución y de los vientres de alquiler. "Las mujeres no somos incubadoras", sentenció.