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Gustavo Gimeno llega al Auditorio con la Orquesta de Luxemburgo y música de contenido popular

"En Oviedo queremos darnos a conocer fuera de nuestros círculos de aficionados habituales", dice el director valenciano ante el recital de hoy

Gustavo Gimeno.

Gustavo Gimeno (Valencia, 1976) es uno de los directores españoles de mayor proyección internacional. Titular de la Orquesta Filarmónica de Luxemburgo, este año ha logrado el puesto al frente de la Sinfónica de Toronto. En plena gira con la agrupación luxemburguesa llega hoy (20 horas) al Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, junto a la violinista noruega Vilde Fang y la soprano sueca Miah Persson. Celebran el 85.º aniversario de la orquesta en lo que será la primera vez que Gimeno dirige en Oviedo. "Estas giras son importantes porque queremos darnos a conocer más allá de nuestros círculos de aficionados habituales. Además supone un revulsivo para la propia agrupación porque nos lleva a compartir más tiempo juntos, con lo que influye a nivel empático y personal, y eso en una orquesta es algo que se transmite al tocar", explica Gimeno a este periódico.

La propuesta musical de Gimeno para esta gira y para su concierto en Oviedo pasa por "interpretar grandes composiciones", como lo es la "Sinfonía nº 4" de Mahler y que además tenga un importante contenido popular, "que sea música conocida". Como muestra, comenta Gimeno, el "Concierto para violín" de Beethoven.

Ademas de España, el programa de Gimeno ha previsto giras este año por Alemania, Francia, Austria o Turquía . "Nuestro objetivo en los últimos años", asegura el director, "no solo ha sido alcanzar metas a nivel musical, sino también mejorar las relaciones entre los propios músicos y enriquecer las sensaciones a la hora de tocar en la orquesta".

Gimeno se encuentra en un momento muy bueno de su trayectoria artística, en el que recibe ofertas de todo el mundo. "Me siento afortunado, es enriquecedor viajar y trabajar con distintas orquestas y maneras de tocar", asegura.

De la Orquesta de Luxemburgo, Gimeno destaca su multiculturalidad. "En cierta medida por la situación geográfica de Luxemburgo". Por lo que la orquesta "es muy flexible y abierta" y no tiene una idea preconcebida sobre cómo interpretar cierto tipo de repertorio, "que sí puede ocurrir quizá en el caso de Beethoven y las orquestas alemanas, que tienen una personalidad bastante reconocible".

Su próxima etapa en Toronto le emociona especialmente. "Desde la primera vez que pisé Toronto me conté bien allí y la forma de tocar de la orquesta me gustó especialmente desde el primer momento. Yo estaba encantado con los profesores y pude comprobar que ellos apreciaron el trabajo que yo había hecho". No obstante, pasaron muchos meses hasta que la directiva se decantó por la candidatura de Gimeno. "El proceso no fue ni fácil ni corto".

El trabajo diario de un director de orquesta se basa en el diálogo. "Intento transmitir a los músicos mis ideas con la mayor pasión posible y si las aceptan las cosas son fáciles", menciona entre risas. "Pocas veces me ha pasado lo contrario, que no siguieran mis indicaciones".

El director italiano Claudio Abbado ha sido una figura muy importante en la carrera artística de Gimeno. "Yo le adoraba en todos los sentidos, y él compartía mi trabajo, siempre fue generoso conmigo y me ayudó enormemente". Gimeno dice sentirse afortunado por todos los momentos que compartió junto a Abbado que son muchos. "Especialmente durante su último año de vida hemos pasado mucho tiempo juntos", asegura. Gimeno recuerda muy especialmente un partido de Champions League que vieron juntos, en el que Gimeno le dijo en tono jocoso a Abbado: "Claudio, tú te das cuenta que el único momento en la vida en el que Berlusconi y tu estáis contentos por la misma razón", pues ambos son seguidores milanistas.

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