La sala 5 del tanatorio El Salvador de Oviedo era ayer un mar de lágrimas. Familiares, amigos y conocidos de unos padres y una viuda destrozados por la desgracia se contagiaron por la emoción de ver cómo Ovidio Sánchez, "un joven que se encontraba en un momento dulce", decía adiós a este mundo tras sufrir un fatal accidente cuando hacía lo que más le gustaba: andar en moto. Unas horas antes, la plaza de la Escandalera se llenaba de moteros para conmemorar el Día mundial de las víctimas de accidentes de tráfico con una serie de actos en los que hubo un recuerdo para el ovetense fallecido el sábado.

En el velatorio, muchos de los que acudieron a acompañar a la familia coincidieron en destacar las cualidades humanas de Ovidio Sánchez. El próximo domingo habría celebrado su primer año de casado con Agadía Pita, una joven también ovetense, pero con raíces en Sotres con la que decidió dar el paso de contraer matrimonio tras un largo noviazgo. "Con lo que nos costó casarles", se lamentaba un primo de la mujer esbozando una pequeña sonrisa al recordar los buenos momentos pasados en la boda. "Fue un día espectacular", rememoraba también un tío político del fallecido.

Muchos de los presentes seguían sin dar crédito a lo que pasó. "Nunca bebía, era muy prudente y conducía la moto como nadie", indicó un allegado, destacando su pasión tanto por la conducción como por la mecánica. "Cuando quería esparcer o desconectar de la rutina, sólo tenía que coger la moto e ir a darse una vuelta", añadió.

La familia lamenta especialmente que este duro golpe llegase en un momento personal inmejorable. "Estaba muy enamorado y acababa de lograr un contrato indefinido en los últimos meses", indica un pariente sobre el trabajo de Ovidio Sánchez como soldador en la empresa Esmena, con sede en Gijón.

La principal afectada fue, sin duda, la viuda. La mujer aguantó el tipo después de pasarse "toda la noche llorando" la muerte de su esposo, amigo y confidente durante décadas. Agadía, el amor de la vida de Ovidio, recibió la fatal noticia a las tres y media de la tarde, dos horas después del siniestro, por parte de agentes de la Guardia Civil en su puesto de trabajo del centro comercial de Paredes, en Siero.

Mensaje de apoyo

El colectivo de moteros y las víctimas de siniestros de tráfico trataron ayer de aliviar el dolor de la familia con un contundente respaldo público, aprovechando la conmemoración del Día Mundial de las víctimas de accidentes en La Escandalera. "Queremos mandar un mensaje de apoyo a la familia en estos momentos tan dolorosos", comentó Gema Rodríguez, delegada de la fundación Avata de ayuda al accidentado, durante los actos que culminaron con un minuto de silencio y una suelta de globos.

La conmemoración contó con el testimonio de tres víctimas de accidentes que contaron su experiencia. El riberense Guillermo del Campo narró cómo le atropelló un conductor drogado que le dejó en silla de ruedas; el motero José Antonio Fernández relató su impacto contra un tractor y, finalmente, el moscón Sergio Soto-Jove explicó su impacto frontal contra otro turismo que invadió su carril cuando volvía de trabajar, en el que el otro conductor falleció.