En público que se agolpaba ayer por la tarde a a las puertas del Campoamor no hacía pensar ni por asomo que lo que se iba a representar era la ópera "Tosca". La media de edad no alcanzaba a los 20 años y la adolescencia fluía por las venas. Más de 500 escolares de colegios e institutos de Oviedo asistieron al ensayo general de la función que se representará el viernes dentro de la temporada lírica ovetense. Tan diferente era todo que hasta a alguno se le pidió el DNI a la puerta del teatro: "hay adultos que intentan pasar con la entrada de los chavales", explican desde la fundación Ópera de Oviedo. Su presidente, Jaime Martínez, estaba encantado con tanta juventud. "Algunos jamás han visto una ópera y sospecho que muchos no habían entrado antes en el Campoamor". Los chavales aguantaron casi tres horas de espectáculo y mostraron su aprobación con aplausos y vítores, muy distintos a los "bravo" clásicos en la lírica.