"Debussy es el compositor con el que entramos en la modernidad. Llega a la música en la plenitud del Romanticismo, y eso le hace aún más innovador: inventa un lenguaje musical nuevo". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA José Luis García del Busto, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que intervino en el acto celebrado con motivo del centenario del compositor francés, auspiciado por el Conservatorio de Oviedo y la Alianza Francesa. Debussy protagoniza a partir de hoy y hasta el domingo un congreso internacional de pedagogía musical.

El acto estuvo presentado por Sabrina Clemente, directora de la Alianza Francesa, el instituto que difunde la cultura gala por el mundo, y que respaldó el homenaje al músico. " Difícilmente se puede entender la ópera 'Pelleas et Melisandre' sin 'Tristán e Isolda' de Wagner", aseguró García del Busto, quien calificó al autor del "Claro de luna" de "prototipo de compositor francés, francés". La música francesa estuvo representada por el pianista Michel Dalberto, catedrático del Conservatorio de París y uno de los mejores concertistas del mundo en estos momentos, quien habló de la innovación que supuso Debussy en su día, sin dejar de lado el difícil carácter que tenía el maestro. Dalberto incluso tocó un preludio en el piano del Club, un detalle que arrancó los aplausos del público.

Debussy nació en 1862 y era ya un estudiante avanzado cuando murió Wagner. Ya era un hombre hecho y derecho cuando componían sus últimas obras Brahms, Liszt o Verdi. Fue coetáneo de Mahler. "Hablar de Debussy es difícil para un pianista; nosotros estamos más acostumbrados a tocar su música"; señaló Dalberto. El contratenor Robert Expert, del Conservatorio Superior de Música y Danza de Lyon, aludió al misterio que se desprende de la obra del artista, que adoraba a Bach y las obras del Barroco. Antonio Soria, catedrático de piano del Conservatorio de Oviedo aludió al alto nivel del Congreso, que reúne a especialistas de renombre.