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Vecinos y hosteleros llaman a la calma ante el ataque al dueño de un bar del Rosal

Los empresarios lamentan una agresión que consideran muy grave, pero mantienen que la inseguridad en las zonas de ocio no ha aumentado

Calle del Rosal. IRMA COLLÍN

Vecinos y hosteleros del entorno del Rosal y del Oviedo antiguo hacen un llamamiento a la calma ante la grave agresión sufrida por el propietario de un bar, J. P. A., de 23 años, que recibió cinco navajazos en la puerta del local que regenta en el número 70 de la calle del Rosal. Uno en el rostro, otro en la nuca y tres en la espalda.

La brutalidad del ataque hizo saltar las alarmas, pero la sensación generalizada es que la inseguridad en las zonas de ocio no ha aumentado en los últimos tiempos. Aun así, Miguel Clemente, presidente de la Asociación de Afectados por la Movida, pide más vigilancia policial en la zona del Rosal porque, según él, "los vecinos nos informan muchas veces de problemas". Clemente cree necesario "que se coordinen las policías Local y Nacional para llevar a cabo acciones de prevención para evitar follones". "Es lo que nos dicen los vecinos, que quieren presencia policial y no que las patrullas aparezcan sólo cuando hay follón".

Cerca del Rosal vive Ana Isabel Balbín, presidenta de la Asociación de Vecinos del Fontán. Balbín no ha detectado más inseguridad en la zona en los últimos meses. "Me ha sorprendido la gravedad de la agresión, pero creo que es algo aislado dentro de lo habitual, que suelen ser pequeños incidentes", explica. Balbín tiene una teoría, y es que "pese a que ahora sale menos gente que antes y hay menos bares, parece que lo que ha quedado es la gente más conflictiva". La presidenta de los vecinos del Fontán insiste en que "no se nota más inseguridad", pero también denuncia los problemas que generan cuestiones como el botellón en el Casco Antiguo.

De la misma opinión es Manuel Almeida, presidente de la Asociación de Vecinos "Oviedo Redondo", que ve la agresión ocurrida en el bar del Rosal como "algo puntual que no tendrá continuidad". Almeida asegura que esta acción "no tendrá continuidad porque este tipo de delitos, una agresión tan grave, no es lo habitual ni en el Rosal ni en el Oviedo antiguo".

Desde el ámbito de los hosteleros tampoco han detectado más incidencias en los últimos meses. Pelayo Pérez, propietario de varios locales de hostelería de ocio nocturno en el Antiguo, asegura que "siempre han ocurrido estas cosas". Pérez tacha de "lamentable lo sucedido" y reconoce que no es lo habitual. "Normalmente son broncas o peleas anecdóticas", pero señala que "en la noche siempre ha habido incidentes". El empresario cree además que "se trata de brotes que ocurren en momentos determinados y que pueden causar cierta alarma". Él achaca estos incidentes a fechas concretas como la cercanía de las fiestas de Navidad, San Mateo y Carnaval, periodos en los que la acumulación de gente en los locales y en la calles es mayor que el resto del año. "Es una cuestión estadística, cuanta más gente hay, siempre tienes más posibilidades de que ocurran este tipo de cosas", explica, para concluir con la esperanza "de que no vaya a más".

Otro conocido hostelero de la noche ovetense, Miguel García, "Miguelo", también ve que la agresión del Rosal "es algo puntual". Miguelo asegura que él ya yo está en las noches ovetenses como antaño, pero como propietario de una discoteca y gran conocedor del ambiente nocturno, sí que está al corriente de lo que pasa, "y nadie me ha comentado que la inseguridad sea mayor". Los porteros de su discoteca "no han detectado ningún problema fuera de lo normal últimamente", asegura.

Así las cosas, ni vecinos ni hosteleros ven que el grave ataque del fin de semana pasado sea como consecuencia de que en las zonas de ocio de Oviedo se estén registrando más problemas de los habituales. Por la noche los incidentes son más comunes, pero no de tanta gravedad.

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