El abogado que defiende al marroquí Abdelwahid Aghbalou, el hombre que acabó con la vida de la joven Karla Pérez en una playa de Melilla durante la madrugada del 10 de julio del año 2016, considera que su cliente mató a la joven "en un arrebato" y no de forma premeditada. Ese fue uno de los argumentos presentados esta mañana por el letrado Lorenzo Álvarez durante la vista de apelación de la sentencia dictada en su día contra Aghbalou, que fue condenado en la Audiencia Provincial a 26 años y 3 meses de prisión por un delito de asesinato con las agravantes de parentesco, discriminación por razón de género y aprovechamiento de unas circunstancias que debilitaron la posible defensa de la fallecida, que era de origen ecuatoriano pero llevaba viviendo en Oviedo desde los cinco años. El abogado sostiene que no hubo alevosía y que, por lo tanto, el marroquí debería de haber sido condenado por homicidio imprudente.

Abdelwahid Aghbalou reconoció desde un primer momento que agredió a su expareja en presencia del hijo de ambos --que por entonces tenía diez meses--, pero defiende que se fue del lugar del crimen "pensando que se había desmayado" y sin saber que estaba muerta. "Le di unos golpecitos en la cara para ver si despertaba, pero no me contestó y pensé que lo estaba haciendo para asustarme. Me puse aún más nervioso, cogí al niño y me fui de allí", explicó el acusado ante el tribunal del jurado cuando fue juzgado en la Audiencia Provincial.

El marroquí declaró entonces que había quedado con Karla en Melilla a pesar de que desde abril de 2016 pesaba sobre él una orden de expulsión de España y otra de alejamiento por haberla maltratado mientras convivían en un piso de Ciudad Naranco. Su relación sentimental se había acabado y ella tenía previsto irse con el niño a Ecuador, pero accedió a ir a la ciudad autónoma para después desplazarse a Tánger con el acusado y que el pequeño conociese a la familia de su padre. El día que murió Karla los tres habían pasado la jornada en la playa y paseando por la ciudad, pero al llegar la noche se produjo "una fuerte discusión" entre ambos que acabó en tragedia. "Discutimos por dinero. Ella se puso muy agresiva y empezó a gritar como hacía siempre y a decir que iba a a llamar a la Policía. Tenía mucho carácter. Entonces, como yo estaba incumpliendo la ley de alejamiento y tampoco podía estar en España, empecé a tener miedo y traté de hacerla callar", dijo Aghbalou durante su declaración.

Y a eso se agarra ahora su abogado. "Hubo una fuerte discusión, por lo que el ataque no fue sorpresivo. Se produjo después de una escalada verbal y él no había previsto que todo aquello iba a pasar. La agarró por el cuello para que se callase porque tenía miedo de que viniese la policía. Su finalidad era hacerla callar, no matarla", insistió Lorenzo Álvarez. El letrado también considera que no puede aplicársele a su cliente la agravante de género, "ya que ha quedado probado que la discusión se inició por dinero" y porque "no podía tenerla amedrantada, ya que él estaba en Marruecos y ella en Oviedo". El abogado argumentó durante la vista de hoy que Karla Pérez había accedido a cruzar el país y a atravesar el Estrecho "porque hasta entonces estaba placenteramente con él, le pese a quien le pese".

Lorenzo Álvarez sostiene además que durante el juicio en la Audiencia se quebrantaron las garantías procesales de su cliente al no habérsele practicado de forma correcta una prueba forense sobre su estado psicológico y por consumo de drogas, un hecho "que podría haber influido en sus capacidades mentales o haber determinado si existía un trastorno mental transitorio". Álvarez también asegura que no hay pruebas para determinar que su cliente conociese el lugar de los hechos, oscuro y despoblado a la hora en la que se cometió el crimen.

Hora de la muerte

La defensa de Abdelwahid Aghbalou se aferra también al informe de los forenses sobre la hora de la muerte. Esos informes recogen que la mujer falleció "entre las siete y las ocho de la mañana", una prueba científica que de estar acertada indicaría que la mujer seguía con vida cuando el marroquí Abdelwahid Aghbalou se marchó del lugar de los hechos tras haberle apretado el cuello "hasta que bajó los brazos", como él mismo declaró en la primera jornada del juicio. No en vano, las grabaciones de las cámaras del paseo de la playa de La Hípica registraron a la expareja de Karla saliendo del arenal junto al hijo de ambos a las 5.38 de la madrugada, supuestamente después de cometer los hechos, con lo que la joven podría haber permanecido con vida al menos durante algo más de una hora. "Todo esto se intentó ningunear durante la vista y se recurrió a la sensiblería del jurado, pero demuestra que la dejó viva", alega el letrado de la defensa.

Por su parte, tanto el fiscal como la Abogada del Estado y el letrado que representa a la familia de Karla Pérez, sostienen que durante el juicio en la Audiencia Provincial se practicaron todas las pruebas de forma correcta y que existe "un tsunami de pruebas" para determinar que el marroquí es culpable de un delito de asesinato con todos los agravantes que se le impusieron. "El jurado no tuvo ninguna duda, apoyaron todas las pruebas incriminatorias por unanimidad", dijo el fiscal. En cuanto a la hora de la muerte, según el ministerio público, "es evidente que los forenses se equivocaron".