Los Amigos de las Misiones Claretianas inauguraron ayer al mediodía su tradicional rastrillo navideño, y lo hicieron, como siempre, en el sótano de la iglesia parroquial del Corazón de María, donde llevan más de treinta años. Mucha ilusión y mucho trabajo ponen en este proyecto las entusiastas e incansables organizadoras.

Unas y otras coincidieron en destacar y también en agradecer la "gran implicación" de las tiendas del entorno de la plaza de América y de la avenida de Galicia, que donaron todo tipo de productos nuevos para que este rastrillo, el más madrugador de Oviedo, continúe creciendo.

Platería, ropa de calidad de bebés y también de jóvenes y adultos, bolsos, juguetes, muñecas, abalorios, complementos, cuadros e incluso también pastas y bombones, sin olvidar la floristería. "¿Qué más se puede pedir?", bromeaban entre sí las organizadoras mientras terminaban de dar los últimos retoques para que todo estuviera perfecto.

Un rastrillo en el que no falta también la tradicional lotería de las Misiones Claretianas. Recordaron las organizadoras cómo la puso en marcha hace más de treinta años el fallecido y siempre recordado Isidro Sallés Perarnau, un entusiasta de la parroquia y de este rastrillo, que estará abierto hasta el 9 de diciembre, desde las 12.00 hasta las 14.00 horas y desde las 18.00 hasta las 21.00 horas.

Un rastrillo, puntualizaron las organizadoras, en el que trabajan anónimamente más voluntarios que aunque realizan tareas menos visibles de cara a la galería son igual de importantes. Estos trabajos van desde etiquetar todos los productos hasta ordenarlos. "Lo importante es que con el paso de los años logramos formar un equipo muy compacto y comprometido con esta misión, lo que nos permite estar bien organizadas ya que cada una sabemos cual es nuestra tarea" explicó Keka Álvarez del Manzano. Tal vez este sea el éxito del secreto de este rastrillo solidario.