Las comunicaciones de los gestores del centro comercial del Calatrava a la cerca de una treintena de tiendas que siguen abiertas para su desalojo en los próximos meses siguen produciéndose a cuentagotas. Empleados de varias empresas a las que se les ha notificado su desalojo en los próximos meses aseguran que las técnicas empleadas para cada negocio son particulares, pero buscan el mismo fin: obtener un vaciado progresivo de los locales para acometer una remodelación profunda en el complejo.

Existen locales en la segunda planta del centro comercial que aseguran haber recibido una comunicación instándoles a dejar el espacio a pesar de disponer de contrato en vigor. "Nos invitan a irnos en marzo o abril advirtiendo de que esto será un desierto", indica una trabajadora, que ve en las maniobras de la propiedad "un claro interés en realizar los desalojos sin afrontar indemnizaciones".

Las fórmulas empleadas son diferentes. Dos tiendas que mostraron su interés en renovar su contrato fueron instadas a abandonar los locales el próximo 31 de marzo, mientras que a otra de la tercera planta, a la que el contrato le expiraba a finales de febrero le comunicaron que deberá adelantar su retirada un mes. "Sospechamos que quieren empezar algunas obras por aquí y por eso les corre tanta prisa", indican las empleadas.

En otros casos, los titulares de los negocios han decidido que abandonará por su propia cuenta el centro comercial durante los próximos meses de enero y febrero cuando expiran sus contratos. "Cada vez se vende menos y así no se puede estar", confiesan desolados.