Algunos residentes de San Roque llevaban toda la semana esperando la llegada de los moteros disfrazados de Papa Noel, como ya es costumbre por estas fechas desde hace cuatro años. Veinticuatro motoristas se acercaron ayer hasta el centro geriátrico de San Claudio, para alegrarles la mañana a los mayores y dejarles cucuruchos llenos de revoltijo navideño.

El director del establecimiento, Agustín Muñiz, dice que el de la llegada de los moteros, vestidos de Papa Noel, es "un día especial para los mayores" y del que también disfrutan sus familiares, que se acercan hasta la casa, que está a pie de carretera y cerca de la iglesia. Actualmente, según Muñiz, viven en la residencia 18 personas de edades avanzadas, entre ellas muchas de más de 90 años. Algunas, como María Ángeles Suárez, que ya lleva tres años en el centro geriátrico, los esperan de año en año. Reciben a los motoristas, que llegan de Oviedo, Gijón, Teverga y otros lugares de Asturias, con regalos y con un pincheo preparado, y lo comparten todo durante unas horas, junto al belén y cantando villancicos. "Los moteros hacemos muchas cosas solidarias durante todo el año", afirma Tatiana González, motera e impulsora de esta quedada navideña, que comenzó yendo a visitar a una amiga de su familia.