La artista salmantina Paloma Hernández sostiene que "la mayoría de la gente acepta instantáneamente que el artista contemporáneo no está determinado por fuerzas exteriores y que es libre para tomar sus propias decisiones". Ella lo desmiente, y mantiene que "el arte contemporáneo se define por los conceptos filosóficos, no por la estética formal". En ese sentido, a su entender, hay "un sistema de ideologías", que determina lo que es arte y lo que no lo es y que expulsa todo lo que no se ajusta a ese discurso, y lo cataloga como decoración o artesanía, o con cualquier otra etiqueta.

Hernández, que es licenciada en Bellas Artes y que hace un par de meses se estrenó como "youtuber" con el canal "Fortunata y Jacinta", aclaró al inicio de su conferencia, ayer en la Fundación Gustavo Bueno, donde tiene su sede la Escuela de Filosofía de Oviedo, que su discurso no se refiere a los artistas ni a los críticos, y que tampoco se ha propuesto hacer "una enmienda a la totalidad del arte contemporáneo". En su análisis ha llegado a la conclusión que las ideologías imperantes en el arte contemporáneo español, se difunden desde las cátedras de Estética de las universidades.

La pintora, que firma sus obras como Paloma Pájaro, contó como la CIA, la agencia de inteligencia de los Estados Unidos, financió el desarrollo del expresionismo abstracto en el país para confrontarlo con el alemán y con el realismo social de la Unión Soviética.

Habló de "las corrupciones tecnológicas", que se utilizan "para enmascarar las deficiencias narrativas" con "exhibicionismo y efectos deslumbrantes". "Yo a eso lo llamo entretenimiento", dijo. Y aludió también a la utilización perversa del arte, como las recientes reinterpretaciones de las Tauromaquias de Goya, presentadas como obras animalistas contra la fiesta de los toros.