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El pulso de la ciudad

La montaña rusa del turismo en Oviedo

La ciudad ya no cierra por vacaciones y llegó a liderar en 2015 la potencia turística de la región, aunque este año vuelve a perder posiciones

La montaña rusa del turismo en Oviedo

El lugar común decía que Oviedo cerraba por vacaciones. Que en agosto se echaba la verja y aquí ni quedaba ni venía nadie. Contra eso no pretendió luchar ni Gabino de Lorenzo, cuyo empeño en cambiar la cara de la ciudad ignoró siempre este lado turístico-estival. Pero el lugar común también dice que Oviedo ya no cierra por vacaciones, que ahora los turistas sí vienen a la capital. Y hasta se quedan a dormir. Efectivamente, desde el punto de vista turístico, la capital del Principado ha logrado ir modificando sus posiciones con la entrada al nuevo siglo y en los últimos años ha logrado incluso liderar la potencia turística de la región. El récord, que ni Gijón ni ninguna otra localidad asturiana ha superado, son las 125.620 pernoctaciones de turistas nacionales que la ciudad registró en agosto de 2015. Ese año, especialmente bueno, también hubo récord de viajeros en agosto (50.294). El récord, curiosamente, se logró sólo dos meses después de que el tripartito entrara en el gobierno local y Agustín Iglesias Caunedo saliera de una Alcaldía que había heredado directamente de Gabino de Lorenzo. Sin embargo, pasados tres años, la ciudad vuelve a empezar a quedarse descolgada ante Gijón, que recupera posiciones y le adelanta en casi todos los parámetros. Oviedo es, además, en lo que va de año el destino vacacional urbano de los de más de 3.000 plazas hoteleras con peor ocupación media, un 50,5%, 5,8 puntos por detrás de los resultados del año anterior.

Estos últimos datos proceden del "Barómetro de la rentabilidad de los destinos turísticos españoles 2018" elaborado por Exceltur, un informe del que Oviedo sale muy castigada, en la línea de la mayoría de destinos de la España verde, y Gijón, por contra, como gran icono turístico y milagro del Norte. "El aumento de la rentabilidad de los equipamientos turísticos", señala el estudio, "ha sido relevante en algunas de las ciudades icono del Norte de España, como Bilbao, Gijón y La Coruña; el resto ha visto mermada la recuperación de la rentabilidad económica del turismo que experimentaron durante los meses de verano de 2017, debido en parte a la menor fortaleza del consumo turístico de los hogares españoles dentro de España y la menor presencia de la incipiente demanda extranjera". Y cita los casos de Santander, Oviedo, Santiago de Compostela y Pontevedra.

Oviedo no sale bien en ningún gráfico, según el barómetro, sus 2.654 puestos de trabajo en el sector lo convierten en el quinto destino turístico urbano que más empleo turístico perdió, un 3% menos que en 2017, sólo superada por Las Palmas de Gran Canaria, Lugo, Girona y Tarragona y en un contexto nacional en el que la variación fue de un incremento del 3,5%.

Los datos más amable son los de la encuesta del INE, en los que pese a la montaña rusa del ascenso y caída de Oviedo ante Gijón, sigue percibiéndose una tendencia general positiva. Por ejemplo, desde junio de 2013 y si sólo se cotejan los datos de los meses de verano, Oviedo lleva liderando las pernoctaciones de los extranjeros en Asturias, habiéndose establecido el récord precisamente este mes de agosto, con 29.335 haciendo noche en la ciudad, más del doble de la marca de Gijón.

En el histórico del turismo nacional se comprueba lo apuntado al principio, que entre 2011 y 2012 Gijón registró su mayor diferencia respecto a Oviedo en ocupación hotelera, tanto en viajeros como en pernoctaciones, pero que Oviedo fue dando la vuelta a esa tendencia hasta el año 2015. Desde entonces, Gijón ha mostrado un comportamiento espectacular que, entre otras cosas, le ha permitido establecer sus mejores resultados de ocupación ya en el mes de enero. En apoyo de estos registros ha venido una programación de verano llena de grandes festivales y conciertos, de Metrópoli al Tsunami. En Oviedo, la queja generalizada es que la programación de festejos estival se queda a medio gas, sin grandes apuestas y sin apenas tiempo para planificarlo y sacar un provecho turístico. Un ejemplo ha sido la ausencia de la gran programación coral que otros años se llevaba a la plaza de la Catedral, como el "Carmina Burana" y que este año no ha tenido ampliación ni continuación en los planes del verano.

El remate de esta falta de planificación de la temporada estival se pudo comprobar precisamente esta misma semana. Mientras Gijón anunciaba que tendrá en verano al "Cirque du soleil" y sacaba ya las entradas a la venta, Oviedo trataba de resolver con problemas y amenazas de abrir expendiente por utilizar tornillos, un equipamiento tan sencillo como una pista de hielo. La queja de la falta de una programación veraniega atractiva ha sido uno de los motivos de fricción constante entre el tripartito y Otea, la patronal hostelera. Entre sus reclamaciones están potenciar la programación de Semana Santa, que el PP había relanzado, o la difusión, fuera de la región, de una marca de turismo gastronómico de calidad.

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