La creciente especialización de la economía local en el sector de los servicios, unido a recortes de la relevancia del cierre de la histórica fábrica de armas de La Vega a finales de 2012, explica que Oviedo haya perdido en un cuarto de siglo algo más del 30% de sus empleos industriales. En total, han sido 2.673 los puestos de trabajo que se han quedado por el camino en el sector desde 1990 a la actualidad.
En 1990, las fábricas del concejo daban trabajo a 8.352 personas. Según los últimos datos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), esa cifra se había reducido a 5.679 empleados en 2017, tras haber tocado fondo en 2014, justo después del polémico ERE que aplicó Santa Bárbara-General Dymanics en la fábrica de armas de Trubia, con tan solo 5.284 trabajadores en el sector industrial del concejo al término de ese ejercicio.
Frente a esos 5.679 empleos industriales de Oviedo, el sector suma en Gijón más del doble de puestos de trabajo, concretamente 12.117. Avilés todavía cuenta con 6.452 y Siero dispone de 3.238 empleados en fábricas.
En términos porcentuales, la industria supone el 5,66% de los empleos que hay en Oviedo, un punto menos que hace una década y por debajo de la media regional, nacional y europea. Los servicios concentran casi el 90% de los puestos de trabajo en el municipio, mientras que la construcción, muy afectada por la última crisis económica, se queda ligeramente por encima del 4%. La presencia de la agricultura y la ganadería, circunscritas a algunas zonas rurales del concejo, no llega ya ni al 1%.
Pese a la situación actual, con la actividad fabril concentrada casi exclusivamente en la localidad de Trubia, donde abren sus puertas la fábrica de armas de Santa Bárbara-General Dynamics, Industrias Doy y Química del Nalón, Oviedo se convirtió en su momento en una de las cunas de la actividad industrial en Asturias. La fábrica de armas, fundada a mediados del siglo XIX, fue durante decenios su mejor y más destacado exponente. Sin uso desde su cierre definitivo hace seis años, los terrenos de la Vega están llamados a marcar buena parte del futuro económico de la ciudad.
Nuevas tecnologías
El alcalde, el socialista Wenceslao López, sostiene que la antigua fábrica de armas de la ciudad tiene "una genética de la revolución industrial que hay que trasladar al sigo XXI, dándole usos relacionados con las nuevas tecnologías, la nanotecnología, el sector audiovisual y las factorías culturales". La Cámara de Comercio ha planteado que los solares se conviertan en un polo de desarrollo vinculado a la industria biosanitaria, una propuesta que ha sido muy bien recibida por las compañías del sector que ya operan en Asturias y por los grupos políticos de la Corporación.
En todo caso, llevar a cabo cualquiera de los planes que se han puesto sobre la mesa para el desarrollo de La Vega sigue pendiente de que lleguen a buen puerto las negociaciones para que los terrenos reviertan al municipio. Wenceslao López insiste en que están ya en la recta final, pero lo cierto es que no se acaban de cerrar, algo que ha generado importantes desencuentros en el gobierno tripartito.
