Cuarenta y ocho votos. Ese fue el ajustado margen por el que el arquitecto Felipe Díaz de Miranda se hizo ayer con la presidencia de la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF) frente al escritor y cuentacuentos Milio'l del Nido durante una tarde electoral de más de cuatro horas celebrada en el Calatrava. Toma el mando dispuesto a recuperar las competencias de San Mateo, Carnaval o San Juan, a internacionalizar el Día de América en Asturias, a conseguir financiación empresarial o a convencer al Ayuntamiento para que le ceda a la SOF definitivamente la sede de la calle Mendizábal.

El resultado exacto fue de 282 sufragios para Díaz de Miranda, 234 para Del Nido y 11 en blanco. En total, 527 votos de los que 440 fueron delegados. Es decir, que más de cuatrocientos socios optaron por dejar que otros metiesen por ellos la papeleta en la urna y que 87 acudieron en persona al Palacio de Congresos de Buenavista. Teniendo en cuenta que en la SOF hay 4.500 asociados de los que sólo 1.700 tienen derecho a voto por estar al corriente de pago, la tasa de participación fue baja, pero mucho más aceptable que en las últimas asambleas, en las que no hubo más de veinte personas. El aumento de participación dejó patente que había en juego algo más que la renovación de la junta directiva de la SOF. Los candidatos luchaban por cambiar el rumbo de la organización de las fiestas populares de Oviedo y por iniciar nuevas alianzas con el Ayuntamiento.

La política se coló en la votación. La mayoría de los presentes se posicionó sin decirlo con la izquierda de Somos al apoyar la candidatura de Milio'l del Nido o con el PP y la izquierda moderada al respaldar la de Díaz de Miranda. Por ejemplo, David Acera, asesor político de Somos, votó por el cuentacuentos, y la concejala popular Belén Fernández, por el arquitecto.

Sin embargo, el ya nuevo presidente de la SOF dejó claro en su discurso de presentación que pretendía desmarcarse de cualquier ideología: "Con la SOF no se juega ni políticamente ni económicamente, ni socialmente". Más comedido y parco en palabras, su rival optó por no hacer referencia a signos políticos y llamó a los socios a votar por un proyecto para la SOF que incluía acuerdos con la Universidad de Oviedo para investigar los archivos y fondos de la Sociedad de Festejos, una agrupación musical e incluso la construcción de carrozas para el desfile de América en Asturias.

El ya expresidente de la SOF, Wenceslao López, cambió en el último momento el sistema de votación al detectar irregularidades en la presentación de papeletas delegadas. Hubo de todo. Desde gente que había confiado su voto a otro socio y finalmente acudió a las urnas, hasta quien había delegado el sufragio y a la vez representaba a otras personas, pasando por socios que no estaban al corriente de pago porque les había sido imposible abonar la cuota anual de diez euros al encontrar la oficina de la SOF cerrada. El Alcalde dictaminó que se votara nominalmente en la urna. Los componentes de la mesa llamarían uno a uno a los socios, que debían presentar el DNI y acreditar si depositaban también algún voto delegado. Fue un trabajo muy laborioso que incrementó la tensión de uno y otro bando.

Con la victoria de Díaz de Miranda y sus ocho compañeros de candidatura, el Alcalde y el concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, dejan de liderar la SOF, que ya no es un instrumento municipal.