"El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) no se sostiene como una enfermedad mental; no existen argumentos científicos que lo demuestren". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Marino Pérez, catedrático de Psicología de la Universidad de Oviedo, autor del libro, "Más Aristóteles y menos Concerta", en el que argumenta que uno de los males de moda, cuyo diagnóstico aumenta cada año en España, es en realidad un problema relacionado con factores ambientales y la forma de vida actual.

Pérez definió a los niños que suelen ser diagnosticados con esta enfermedad como "más creativos, curiosos y vitales, capaces de tener una atención focalizada a las cosas que realmente les interesan". "Estos niños tienen un problema, eso no lo niego, pero a sus cerebros no les pasa nada", señaló el catedrático.

Pérez se mostró escéptico ante las investigaciones que se llevan a cabo para intentar fundamentar una enfermedad que él niega. "Los científicos encuentran confirmaciones que parecen sostener lo que investigan, pero siguen sin encontrar lo que buscan; el trastorno se achaca a marcadores neurobiológicos o condiciones genéticas que supuestamente están detrás", aseguró.

El psiquiatra Pedro Marina y el catedrático de Psicología Héctor González destacaron que el ensayo argumenta que es posible cambiar la mirada hacia el llamado TDAH y entenderlo como un modo particular de ser de los niños, con sus cualidades y dificultades.