Los asaltapisos georgianos que atemorizaron Oviedo entre los meses de julio y agosto de 2017 robaron al menos en 38 viviendas. Así de rotunda se mostró ayer la fiscal durante las conclusiones del juicio a cuatro varones de nacionalidad georgiana para los que se pide un total de 37 años de cárcel. El ministerio público retiró los cargos de ocho de los 46 robos que inicialmente se atribuían a los acusados por no poder demostrar su autoría y dio por hecho que uno de los cuatro acusados actuaba por libre.

La Fiscalía modificó los cargos, pero mantuvo intacta la petición de cárcel. Después de media docena de jornadas de juicio, la fiscal atribuye 27 de los robos a tres de los acusados, mientras que los once restantes habrían sido obra del cuarto acusado, para el cual se piden diez años y media de cárcel frente a los nueve de cada uno de los otros tres, por contar con antecedentes.

Los tres primeros acusados son dos hermanos y un conocido de ambos. Durante su declaración aseguraron que sólo estuvieron en la ciudad cuatro días "para comprar un vehículo" y restaron validez a las pruebas de ADN presentadas para atribuirles los delitos, mientras que el cuarto admitió haber marcado varias viviendas, pero sin llegar a entrar en ningún piso.

Todos los acusados aprovecharon su último turno de palabra durante la vista para pedir la absolución para volver con sus hijos en su país de origen. Uno de ellos incluso lamentó que, debido a su detención el pasado año, no ha conocido todavía a su vástago nacido durante su ausencia.

Los abogados de la defensa coincidieron también en pedir la libre absolución. En el caso de José García-Ovies, letrado del cuarto acusado, sostuvo que su cliente sólo colocó los testigos y las pruebas no evidencian que llegara a entrar a las viviendas. El otro abogado defensor, Luis Sánchez del Rosal, reclamó también que sus tres clientes quedaran libres de todo cargo al cuestionar las pruebas de ADN y las que apuntaban a que permanecieron en la ciudad durante más de un mes para delinquir.