Los nuevos dueños del centro comercial del Calatrava avanzan en los planes, desvelados por LA NUEVA ESPAÑA, de cerrar progresivamente el complejo para acometer su remodelación. Operarios contratados por la dirección del equipamiento comenzaron esta semana a cerrar con paredes de pladur las zonas desocupadas del centro comercial y, de momento, ya puede verse cómo en la primera planta del equipamiento han clausurado los pasillos que hasta ahora conectaban la administración de loterías con la Casa del Libro.
Aunque la gerencia ya comunicó a finales del pasado mes que a partir del 3 de diciembre procedería al cierre de determinados pasillos interiores "por razones de seguridad y para evitar el acceso de personas ajenas al centro comercial a las zonas desocupadas", la medida, que empezó a ejecutarse esta semana, pilló por sorpresa a muchos comerciantes y clientes.
"Están enterrando lo que sigue abierto", comentaba ayer la empleada de un comercio, preocupada por un cierre de pasillos que, a su juicio, esconde una estrategia de desgaste para hacer marcharse a las marcas y comerciantes con contratos en vigor. "Tanto misterio sólo se explica en que están buscando fórmulas para evitar indemnizaciones y abaratar los planes que tengan para el centro", apunta la misma trabajadora.
Además de cortar el paso en determinados pasillos, son ya varias tiendas cuyos escaparates han sido tapados también con pladur. Es el caso de algunas de las lunas de la tienda de El Corte Inglés cerrada el pasado verano o varios establecimientos que bajaron la persiana tiempo atrás convirtiendo algunas zonas del complejo en un desierto.
Mientras tanto, la empresa Estabona, que adquirió el 75% del equipamiento en sociedad con un grupo inversor el 31 de diciembre de 2017, ni afirma, ni desmiente, ni mucho menos desvela sus planes, más allá de incluir en su página web el centro comercial del Calatrava como uno de sus proyectos en cartera para el que prevé "un plan de negocios enfocado en las necesidades del mercado local".
