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Así es mi cole

Ocio y terapia con videojuegos en Latores

El centro de Educación Especial Ángel de la Guarda estrena un sistema de corrección postural y desarrollo psicomotor que mezcla realidad virtual con equipamiento sanitario

Isabel Villar juega con una videoconsola bajo la supervisión de dos fisioterapeutas. MIKI LÓPEZ

"Me siento libre. Tengo la sensación de que esquío o juego a los bolos de verdad. Me lo paso muy bien". La adolescente Isabel Villar se acaba de aficionar a los videojuegos de realidad virtual. Sufre una dolencia que le reduce la movilidad de la cadera y las piernas. Es uno de los 75 alumnos del Centro de Educación Especial Ángel de la Guarda, en Latores, especializado en atender a chavales de entre cuatro y 21 años con trastornos psicomotores. El equipo docente del colegio diseña sus propios sistemas de aprendizaje. La mezcla de la videoconsola con el equipamiento sanitario estándar es uno de ellos.

La máquina forma parte del proyecto de intervención de fisioterapia del centro y está supervisado por profesionales como Rosa María Valdés. "Sirve para mejorar el desarrollo psicomotor, el control postural y el equilibrio", explica la fisioterapeuta, que deja claro que el invento es "un complemento" terapéutico, pero nunca funciona como un sustituto. Es decir, es necesario que el alumnado reciba diariamente sus tratamientos personalizados. El Ángel de la Guarda ha adquirido un lote de videojuegos relacionados con el deporte (fútbol, eslalon, tenis o bolos americanos) porque son el mejor estímulo para los chavales. Lo explica la fisioterapeuta: "Los usuarios interactúan sin apenas darse cuenta y de manera relajada. Cambian la distribución de la carga del cuerpo en función del deporte que se esté proyectando en la pantalla en ese momento. El sonido también es muy importante porque les hace reaccionar con mayor o menor intensidad". Además, la videoconsola ofrece la posibilidad de que dos chavales jueguen a la vez fomentando así las relaciones sociales. Prácticamente todo el material del centro está adaptado. Hay ordenadores con pulsadores de barbilla, reposacabezas y brazos articulados, e incluso los juguetes tienen los mismos sistemas para que ningún niño se quede con las ganas de coger un muñeco o disfrutar de un tren eléctrico.

Otra de las adquisiciones más recientes es un equipo valorado en más de 40.000 euros que ayuda a levantarse, caminar y moverse. Se llama "Innowalk" y es el primero de estas características en Asturias y uno de los escasas cuatro o cinco de España. La tecnología es noruega y el último modelo, el de Latores, fue diseñado en 2012. "Hay una gran diferencia con los andadores tradicionales, en los que los chicos no están tan cómodos y consiguen hacer movimientos mucho más rígidos. Esta máquina se adapta a la altura y peso del usuario. Si la persona no hace movimiento alguno, le transmite fuerza y si por el contrario, el chico sí puede moverse, se adapta con diferentes resistencias", explica María Gago unas de las fisioterapeutas.

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