"No soy de esas personas que se meten durante horas en la cocina para realizar un plato; trato de sacar el máximo partido al tiempo para trabajar poco y lograr los mejores resultados". Ése fue uno de los principios enunciados ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA por la profesora Virginia Álvarez-Buylla, autora del libro "Recetas, familia, amigos y otras historias", en el que va desgranando buena parte de sus vivencias ligadas a platos que conoció desde niña.

El libro de Virginia Álvarez-Buylla no es un recetario al uso, más bien es un conjunto de relatos en los que queda espacio para hablar de las personas que dejaron constancia de unas recetas que la autora guarda como oro en paño. Entre las rarezas que puede encontrarse el lector hay una carta escrita por el abuelo de la escritora a su mujer, tras marcharse unos días de viaje y observar la tristeza de ella en la estación. "Esa carta, de la que guardo el original, da idea de lo mucho que se querían aun cuando ya pasaban de los cincuenta y tenían nietos", indicó la autora.

Precisamente el amor desfila por las páginas como una constante. "Este libro está escrito con amor, aunque tengo que decir que dos o tres personas se enfadaron mucho por lo que cuento y no me hablan", reconoció Álvarez-Buylla. "Todas las recetas son fáciles, muy de comida asturiana; aquí no hay nada de nueva cocina ni cosas de ese estilo", indicó.

Los viajes que la autora, filóloga y cosmopolita, realizó a lo largo de su vida, constituyen otra fuente inagotable de inspiración. En el libro aparecen algunos de los tesoros de repostería que Virginia Álvarez-Buylla aprendió en Estados Unidos, en casas de amigos descendientes de europeos que lograron convencerla de la falsedad de esa leyenda que dice que los americanos sólo comen hamburguesas.

"Mis amigas preparaban unas tartas deliciosas con recetas de sus antepasadas del norte de Europa, auténticas maravillas", recalcó. En Inglaterra, donde estuvo de intercambio, una profesora francesa le enseñó el secreto de la quiche y de las tartas de hojaldre con mermelada. En Francia también aprendió platos, aunque no olvida el pequeño trauma que le supuso ir invitada a la casa de verano del vicealcalde de Burdeos, en Arcachon, donde se tomaban constantemente ostras y champán, "dos cosas que a mí no me iban nada", aseguró. La autora estuvo acompañada por la catedrática de Inglés María Jesús del Pozo, que destacó la originalidad de la obra de Álvarez-Buylla, frente al gran número de recetarios que pululan por las librerías. Las ilustraciones son de la pintora Pura Fresno, que no pudo acudir por problemas de salud.