Salvador Gutiérrez Ordóñez sostiene que “la figura de don Emilio Alarcos ha sido capital en la lingüística en España”. Lo argumentó esta tarde en su primera conferencia en la Cátedra Emilio Alarcos Llorach de la Universidad de Oviedo, que dedicó al estructuralismo, a su irrupción en España en los años 50 y a su introductor, su maestro, Emilio Alarcos.

El académico asturiano, recientemente jubilado como catedrático de Lingüística General de la Universidad de León, quiso hacer de su intervención de ayer, en el Aula Magna del edificio histórico de la Universidad, “un acto en homenaje a don Emilio, que lleva veinte años sin estar entre nosotros” y al que considera el “maestro ejemplar”.

La directora de la Cátedra Alarcos, Josefina Martínez, y el profesor de Lingüística General de la Universidad de Oviedo Enrique del Teso reconocieron la “excelencia” de Salvador Gutiérrez. A esos elogios el lingüista respondió aludiendo a sus orígenes, geográficos y familiares, como un hombre nacido en Bimenes y que ha hecho a lo largo de su vida “lo que me han enseñado en casa: trabajar, ser honrado y humilde”.

La lección que Salvador Gutiérrez dio en la Cátedra Emilio Alarcos, sentado entre quien fue su profesora -Josefina Martínez- y a quien tuvo como alumno -Del Teso- empezó por el “Curso de lingüística general” de Ferdinand de Saussure, punto de partida del movimiento estructuralista, y un repaso a las distintas corrientes lingüísticas de la primera mitad del siglo XX.

Enrique del Teso, a quien Josefina Martínez se refirió como un como integrante de “la tercera generación de los alumnos de Alarcos”, tiró de recuerdos personales al presentar a Salvador Gutiérrez. “Empecé la carrera en 1976”, informó, y contó como sus maestros “decían que en Oviedo se estudiaba la lingüística de Alarcos”.

Por su parte, la directora de la Cátedra, su viuda, reconoció en Salvador Gutiérrez a “un discípulo dilecto” de quien fue su marido, “claro exponente de fidelidad”, que “bebió de las remansadas fuentes sapienciales del maestro” y que pasa por la vida “derramando ciencia, además de cordialidad”.

Josefina Martínez echó cuentas y destacó que la Cátedra Emilio Alarcos Llorach, que vela por el legado del lingüista y que está financiada por el Ayuntamiento de Oviedo, ya ha cumplido 17 años.

En el acto de ayer también intervinieron, en representación de la Universidad de Oviedo, el vicerrector de Extensión Universitaria Francisco José Borge y el vicedecano de Humanidades, Juan José García.