Ángel Stanich tenía una deuda pendiente con Oviedo. En su última visita a la ciudad, el bolo no había sido lo esperado y tan sólo habían acudido un par de decenas de personas. Lo explicó él mismo, sobre el escenario, durante el concierto que ofreció el vienes en la sala Estilo. Y no eran veinte sino varios centenares de seguidores los que allí estaban.

El cantautor lisérgico ofreció una sesión en la que recorrió todos sus caminos, esos que van de Dylan a Josele Santiago pasando por Arizona Baby. Stanich, una mezcla entre Leiva y Albert Pla, es un tipo que, en principio, parece difícil de escuchar, hasta que se sube al escenario y ofrece una descarga de rock sincero apoyado siempre en la inmensa tarea de Víctor López Pescador a la guitarra. Un concierto en el que sonó todo lo que tenía que sonar y lo hizo en el momento justo para disfrute de sus fans, que gozaron de su voz nasal y de su fuerza en escena. "Escupe fuego", "Mátame camión" o "El outsider" dejaron claro que Ángel Stanich es un tipo tan raro como brillante y que es necesario darle más de una oportunidad a su lisergia, y si es en directo, muchísimo mejor.