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CONSUELO VALLINA | Pintora, preside la Unión de Artistas de España

"La cultura no es elitista, lo elitista es no ponerla al alcance de los ciudadanos"

"La gente no tiene el hábito de entrar en las galerías de arte y en Oviedo no hay ni una sala de exposiciones municipal que ayude a romper esa barrera"

La pintora Consuelo Vallina, sentada en un banco del parque de Llamaquique. FERNANDO RODRÍGUEZ

Consuelo Vallina (Ribadesella, 1941) produce y consume arte y cultura. Pinta desde que tenía doce años, es una apasionada de la música, asiste a óperas y conciertos, es socia de Tribuna Ciudadana, ha estado matriculada en la Extensión Universitaria, visita las nuevas galerías... Y desde esa doble condición, y con su larga experiencia, opina sobre cultura en Oviedo. Ella, que tiene casa en La Manjoya, empezó a estudiar arte en la escuela que había en la calle del Rosal y continuó formándose con cursos y viajes. Una Facultad de Bellas Artes en Oviedo le parece una buena idea, pero puesta al día, no en el formato más académico. En septiembre, Vallina fue nombrada presidenta de la Unión de Artistas de España y lleva tiempo al frente de la Asociación de Artes Visuales de Asturias.

- Oviedo, arte y cultura, ¿qué se le viene a la cabeza?

-Música. Pero eso no tiene que ser excluyente. Hay una apuesta por la música: hay clásica muy buena, ópera? Estoy en contra de que se diga que la ópera es elitista. El arte y la cultura tienen que ser excelentes y el elitismo es no ponerlos al alcance de los ciudadanos. La cultura debería estar al alcance de todos y eso mejoraría muchísimo su calidad de vida. Yo voy a todo lo que hay.

- ¿Asiste a los conciertos?

-Desde que empezó Emilio Casares en el Campoamor, soy socia. Voy a los conciertos, a la ópera, al cine... Hay una oferta cinematográfica en el Filarmónica magnífica. Eso sí que se está haciendo muy bien: va gente de todas las edades, a un cine que no es comercial, sobre feminismo, ciclos de Amnistía Internacional, SACO, películas premiadas en Berlín, en Cannes? Hace falta un cine comercial en el centro de la ciudad, pero eso ya es una cuestión de la empresa privada. En el Filarmónica siempre hay colas, es gratuito, pero creo que habría público para un cine.

- Cómo consumidora de cultura, ¿percibe la demanda del público?

-En unas cosas más que en otras. Hace dos años, en el Bellas Artes hubo un ciclo de música contemporánea y estaba lleno. Habría que ampliar los conciertos a otras músicas y a la música contemporánea, en recintos más pequeños. Como en el arte: está muy bien ir al Prado, pero al que disfruta de eso, si le das la posibilidad, también disfruta de una exposición de arte contemporáneo. Otra cosa que funciona muy bien: la Extensión Universitaria. Yo asistí a cursos de poesía, de literatura y a uno magnífico de paisaje sonoro -para descubrir los sonido de la ciudad-. Estuve mirando los cursos de la Universidad Popular, y si lo hacen bien son muy interesantes y muy variados. Está Tribuna Ciudadana, hay espacios nuevos como "El Manglar", con exposiciones, conferencias...

- Hay muchas iniciativas privadas, empezando por la Ópera, aunque tenga financiación pública.

-Sí, y la Ópera, por ejemplo, lo está haciendo muy bien. La gente se queja de las puestas en escena pero la vida evoluciona y no se pude representar una ópera como en el siglo XIX. Siempre va a haber discrepancias.

- En Asturias se i dentifica a Oviedo como una ciudad conservadora y convencional, frente a Gijón y Avilés.

-Yo creo que la cultura si es buena, es buena, sea conservadora o no.

- Quizás lo correcto sea hablar de público conservador o convencional.

-Eso lo dan ser una ciudad de interior, las zonas portuarias son más abiertas. Pero en Oviedo hay un público muy abierto, gente joven. Yo creo que hay que poner lo que haya disposición de la gente, como está haciendo la Ópera, que lleva a los colegios a las funciones, abre los ensayos?, y luego ampliar la oferta. Cuando ofreces a la gente cosas novedosas y diferentes, el que tiene sensibilidad responde y los ovetenses la tienen. A mí me interesa todo, la música contemporánea, el flamenco, que aquí hay poco... Está la Peña flamenca Enrique Morente y Tribuna Ciudadana hizo unos ciclos que se llenaban.

- ¿Y Oviedo no pude hacer con otras manifestaciones culturales lo mismo que ha hecho con la música?

-¿Con las artes visuales? Claro. Pero no hay ni una sala municipal, y el público no está habituado a ir a las galerías privadas. Los galeristas están encantados de recibir a la gente pero hay una barrera. Una sala municipal con unos plazos y criterios serios de selección, ayudaría a que la gente se fuera habituando, a que rompiera la barrera. Como se ha hecho con el cine: se está habituando al público a ver cine no comercial con una oferta estupenda, pues lo mismo con las artes visuales.

- Hay galerías nuevas.

-Eso tiene mérito, porque las ventas no son fáciles. Cerraron algunas, como Vértice, que era buenísima, pero abrieron Lucía Dueñas, Pablo de Lillo, Dos Ajolotes, Lucía Falcón, Mónica de Juan en la calle Mon, Marta Fermín con un espacio mixto... Lo que tampoco hay en Oviedo son centros de recursos para artistas. Hay algo para los menores de 35 años, regional, que es la sala Borrón, pero ¿después de los 35 dónde van esos artistas? Es muy difícil promocionarse individualmente. Lo que pasa en la Administración es que trabajar en eso requiere personal y recursos

- Y los recortes siempre empiezan por la cultura.

-Siempre, y por la creatividad. Los artistas estamos peleando por recuperar el uno por ciento cultural; antes, la Consejería de Cultura con eso daba ayudas a la creación, para viajes, catálogos... pero en la última legislatura, ni una peseta.

- Dice que se invierte en los jóvenes y luego no se les abre camino.

-El arte para mí no es cuestión de edad. Mujer y artista y mayor, como yo: te puedes morir.

- ¿Se menosprecia la experiencia?

-Sí, y hacen falta centros de documentación y almacenamiento. Hay artistas que mueren y la familia no sabe qué hacer con sus cosas. A lo mejor no son artistas internacionales, pero forman parte de nuestra historia y dicen algo de una época. Esa obra habría que guardarla y preservarla, porque -¡ojo con el arte!- lo que ahora te parece buenísimo más tarde no te lo parece tanto, o descubres cosas que tenían más interés. En la periferia hay cosas más auténticas. Pero bueno, esa ya es una competencia autonómica.

- Las administraciones usan conceptos como rentabilidad o eficacia, que no se le pueden aplicar al arte.

-El arte también es rentable. Consuelo Vega, cuando era directora general de Promoción cultural en la Consejería de Cultura, decía que igual que se les compraban libros a los escritores asturianos que estaban empezando para las bibliotecas había que comprar obra a los artistas, y eso no significa que tengan que ser todos excelentes. Decidir si son excelentes o no, no es función de la Administración. Unos saldrán y otros no, eso lo dirá el tiempo. Picasso no habría sido Picasso sin haber visto el arte africano o sin el arte popular. De vez en cuando aparece alguien que recoge el esfuerzo de muchos otros, porque es más inteligente o porque está en el momento adecuado, y entonces se convierte en un genio.

- ¿Falta gente competente y sensible hacia el arte en la Administración?

-El funcionamiento es muy funcionarial, en general. Estas iniciativas necesitarían personal específico pero se puede contratar. ¿No contratan asesores los políticos? Hace años, pedimos que se coordinaran las exposiciones en las casas de cultura, lo hablamos con Jorge Fernández León, cuando era viceconsejero de Promoción Cultural, así que hace ya años. Quedó en nada, porque para hacerlo necesitas una persona que se encargue y que lo coordine.

- ¿Falla la coordinación? ¿La hay con el Museo de Bellas Artes, por ejemplo?

-El Museo de Bellas Artes tendría que tener más apoyo económico, es muy visitado, lo están haciendo bien, y no se explica que tengan problemas de personal. Es una joya para Oviedo. Cuando pedíamos un museo de arte contemporáneo nos decían: cuando se amplíe el Bellas Artes habrá una parte contemporánea. ¿Qué? Un par de exposiciones al año. Alfonso Palacio lo está haciendo muy bien en la dirección pero es una vergüenza el presupuesto que tiene. Y en el patronato tenían que estar artistas, críticos? no solo los políticos.

- Entonces, del museo de arte contemporáneo ni hablamos.

-Nada, hicieron la Laboral, y tendrían que darle un planteamiento más amplio, porque no llenan, y tendrían que conectar con todo el arte que se está haciendo en Asturias. Hay que escuchar el arte que se hace ahora, a todo.

- Iniciativas como la feria de arte contemporáneo de Oviedo, ¿son útiles?

-Sí, está bien. Hay que darle una vuelta, quizá sacarla a un espacio más grande, traer a gente de fuera... Pero es positiva para el público, que se atreve a entrar y pierde el miedo. Era mejor una bienal como se hacía antes en el Museo de Bellas Artes, pero pedir eso en Asturias es pedir peras al olmo.

- ¿Por qué no hay recursos o por qué no hay voluntad de hacerlo?

-No se necesita mucho dinero. Pero los políticos piensan que el arte es elitista, los de izquierdas y los de derechas. Yo creo que Asturias se tiene que repensar, ahora que se queda sin minería y pierde industria. Hay que buscar alternativas y ahora los espacios físicos no son importantes.

- En Oviedo hay espacio. Están los t errenos de La Vega y del Cristo.

-Y sería magnífico darles contenido con arte. No todo ello tendrá que ser arte y cultura, pero sí una parte.

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