El año 2019 no podría empezar mejor para Lucas Macías, que al frente de la Orquesta Oviedo Filarmonía (OFIL), se estrenaba ayer como titular en el Concierto de Año Nuevo celebrado como cada año en el Teatro Campoamor. La actuación terminó con el público embravecido aclamando a los profesores de la agrupación y al maestro al término de la "Marcha Radetzky".

Con cartel de entradas agotadas colgado en la entrada y los asistentes agolpándose en el interior de la sala en medio de un ambiente festivo y de celebración, daba comienzo el concierto, cuyo programa estuvo protagonizado, como es habitual, por el repertorio de la familia Strauss, aunque en Oviedo siempre hay cabida para algunas excepciones que le confieren cierta personalidad a este primer concierto del año en la capital asturiana. Ese fue el caso del Can can de Offenbach, o la "Danza húngara nº 5", de Brahms, que fue una de las propinas interpretadas fuera del programa.

Prometedor ha sido el debut de Lucas Macías con su nueva orquesta, a juzgar por la calidad que se pudo ver en su primer concierto y la actitud tan entregada de los profesores de la agrupación. Se abre ahora una nueva etapa en la OFIL, que ha empezado con muy buen pie, a juzgar por la entusiasta ovación que los asistentes que llenaron el Campoamor les propinaron.

Macías no estuvo solo ayer en el Campoamor. Alrededor de 80 personas, entre familiares y amigos, han venido a pasar el fin de año en Asturias para acompañarle ayer. Es el caso de Rocío Carvajal y Paqui López, ambas seguidoras de la carrera de Macías desde sus primeros pasos en la Joven Orquesta Sinfónica de Granada. "Le hemos seguido en varias actuaciones, cuando aún tocaba el oboe en Amsterdam y en Alemania, y ahora como director también", explicaba Rocío. "Viéndole a él, he entrado en este mundo de la música clásica", apuntaba Paqui.

El tradicional saludo de la Oviedo Filarmonía y Macías desde el podio del Campoamor se produjo después de interpretar "El bello Danubio azul", y vino cargado de buenos deseos para la música, deseando a voz en grito un "¡muy feliz y musical año 2019!".

En esta ocasión no hubo pateos entre el público tras el anuncio de megafonía en llingua asturiana, como sí ocurre en la temporada operística, especialmente en la primera función de cada título representado.