A Laura María Pérez Fernández le encantaba la música clásica, y así se despidió de los suyos, escuchando a su compositor favorito, Tchaikovsky. Se encargó su hijo Pablo. El día 1 de enero Laura Pérez sufrió un ictus y viendo la gravedad de la situación su hijo buscó en Spotify una lista de reproducción de "música clásica para relajarse". Tres días después, la histórica empresaria del Fontán fallecía escuchando a Tchaikovsky. Lo contaba ayer su hijo en el tanatorio San Salvador de Oviedo, donde la familia recibió cientos de visitas para acompañarla en el trance.

"Fue una muerte rápida, hay personas que me han dicho que habían estado hablando con ella cinco minutos antes del ictus", explicaba Pablo. A su hermano Daniel también le reconfortaba, dentro del tremendo dolor por la pérdida de una madre, de un referente, "que no sufrió". Ambos destacaban la lucha que su madre, una de las personas más queridas y apreciadas del Fontán, donde había vivido toda su vida y donde mantuvo su actividad profesional y vecinal, había mantenido contra el cáncer. Había superado la enfermedad hace cinco años, pero los hijos sabían de aquella lucha y aquel dolor y ayer agradecían el rápido desenlace. Para los dos era también muy importante el cariño que han recibido estos días, "reconforta mucho ver a tanta gente que la quería", resumía el hijo pequeño, Daniel.

Entre los que querían y apreciaban especialmente a Laura Pérez estaban también sus compañeros de la Cámara de Comercio. Laura Pérez había ocupado entre 2002 y 2017 varios cargos en la junta directiva de la entidad cameral. El actual presidente de la Cámara, Carlos Paniceres, lamentó ayer "profundamente" el fallecimiento de la empresaria.

Compañeros del Fontán, familiares, amigos y clientes llenaron el tanatorio, en especial en la tarde del jueves, e hicieron llegar a la familia sus muestras de pésame por la pérdida de una mujer que luchó por uno de los lugares más emblemáticos de Oviedo.