La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los Reyes de la ilusión

Los más pequeños salieron a las plazas y parques de Oviedo para estrenar sus regalos y disfrutar de la jornada a dos días del regreso al colegio

Álex Brezmes

Cuando uno se porta bien los Reyes Magos no escatiman. Que se lo digan a Santiago Argudín, un niño ovetense de dos años que ayer se echó a la calle con sus hermanos Víctor y Rafael para disfrutar con los regalos llegados desde el lejano Oriente. Entre los tres suman una buena retahíla de presentes. Muñecos, juegos de mesa, balones, libros... Pero a Santiago, que es el mediano, lo que más le ha gustado es la guitarra a su medida que ayer lucía con orgullo. "Es de verdad, de las de verdad", repetía insistentemente con su gorra ladeada y una pose rockera que apunta maneras.

Y es que ayer el sol fue otro regalo en pleno invierno. No es que quitase el frío, pero la ausencia de lluvia permitió a los niños echarse a los parques a las plazas para estrenar sus regalos, una imagen que suele repetirse cada 6 de enero para cubrir la ciudad de alegría e ilusión.

"Me han traído un muñeco, un juego para bailar que se pone en la consola, este patinete y muchas cosas más", explicaba Laura Junceda sobre dos ruedas y con el casco puesto por si las moscas. "Ya se ha levantado muy temprano. Estaba muy nerviosa y tenía muchas ganas de despertarse para ver los regalos", explica su madre.

Algo parecido les pasó a las hermanas Paula y Eva Pérez, de nueve y seis años, respectivamente. También pasaron una noche ajetreada, con el gusanillo en el estómago y la oreja puesta por si escuchaban algún ruido extraño que delatase a los Reyes en la oscuridad de la noche. Algo oyeron. "Les habíamos dejado unas copas con Coca Cola y me pareció oírles brindar. Eso sí, de los dulces navideños que les pusimos no tocaron ninguno", afirma Eva. A Paula le trajeron un "Hoverboard" -el patinete eléctrico con ruedas laterales situadas en paralelo y que no lleva manillar- sobre el que ayer ya demostraba pericia y a su hermana pequeña "unos cascos inalámbricos y una gorra de Michael Jackson". Según su madre, "es su ídolo".

Álex Brezmes, por su parte, estaba encantado con su nueva bicicleta. Él vive habitualmente en La Haya (Holanda), pero su padre es de Oviedo y suele pasar aquí las Navidades. En Oviedo es donde llegan sus Reyes Magos. "También me han dejado un helicóptero de la Policía, un barco de la Policía y un coche de ladrones", dice. Como casi todos los niños, ayer no tuvo tiempo para disfrutar de todo como hubiese querido. Y es que mañana hay que reincorporarse al colegio.

Compartir el artículo

stats