Los chalés de la antigua Fábrica de Armas de La Vega se han convertido "en un gran nido de ratas". Al menos eso es lo que denuncian los vecinos de La Tenderina, que aseguran encontrarse "a diario" con roedores que proceden de la zona del recinto en la que están situadas las viviendas que en su día estuvieron destinadas a los jefes de la fábrica. "Deberían de limpiar toda esa maleza que hay. Es una vergüenza. Las ratas que hay son enormes", señala un vecino de la zona.

Lo cierto es que la maleza cubre por completo la parte del recinto en la que están ubicados los chales. "Las ramas salen hasta la calle y dentro de poco no se va a poder ni pasar por la acera", añaden las mismas fuentes, haciendo referencia a la avenida de La Tenderina. La última vez que se saneó esta parte del recinto fue en el año 2012, según explican los vecinos. "Esto se ha convertido en una selva", aseguran.

Los problemas de limpieza y conservación del recinto de La Vega crecen en un momento en el que el Ayuntamiento sigue negociando con el Ministerio de Defensa la cesión ded los terrenos para integrarlos en la ciudad. La Cámara de Comercio ha planteado un proyecto para instalar en La Vega una incubadora de altas tecnologías ligada al ámbito biosanitario, aunque la idea parece no haber despertado mucho entusiasmo en el Alcalde de Oviedo. De hecho, el socialista Wenceslao López llamó a "no poner el carro delante de los bueyes" y a esperar a que culmine la negociación que mantiene con Defensa antes de poner encima de la mesa proyectos como el que patrocina la Cámara. "Colaboración sí, pero cada cosa a su tiempo para no generar falsas expectativas", aseveró el regidor, pese a que el ente empresarial ha reclamado agilidad para no perder una financiación comunitaria que alcanzaría el 80 por ciento de la inversión prevista.

Otras quejas

Las quejas por la presencia de ratas no son exclusivas de La Tenderina. En los últimos meses, las asociaciones vecinales de otros barrios de la ciudad se han puesto en contacto con el Ayuntamiento para denunciar la presencia de roedores en sus calles, sobre todo provenientes de solares y parcelas sin cuidar que se quedaron vacíos a consecuencia de la crisis del ladrillo. Barrios como La Florida, Ciudad Naranco, Vallobín o Llamaquique, entre otros, siguen exigiendo que el Consistorio acabe con una situación "que puede suponer un gran riesgo para la salud".