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El movimiento vecinal entra en crisis

El presidente y el secretario del colectivo Fegea dimiten por tensiones internas, mientras las asociaciones se "rinden" ante "la pasividad municipal"

Pablo Fernández Cabañas. LNE

El movimiento vecinal ovetense no vive sus mejores momentos. La Federación General de Asociaciones de Asturias (Fegea) -uno de los colectivos que más asociaciones engloba en la ciudad- está pasando por una crisis interna que ha traído consigo consecuencias: la dimisión del presidente y la del secretario de la entidad. Aunque aún no se había hecho público, Pablo Fernández Cabañas y Luis Miguel Fernández ya presentaron su renuncia en mayo del año pasado, pero la polémica ha estado oculta durante todos estos meses y pretendía cerrarse con la elección de un nuevo presidente el próximo 20 de enero, la fecha en la que está prevista la asamblea general de la federación. Las labores de presidencia, tras la espantada de los anteriores mandatarios, las ha estado ejerciendo Joaquín Salas, de Olivares.

Este periódico se puso ayer en contacto con Pablo Fernández Cabañas, quien confirmó su dimisión y la del que fuera su secretario en Fegea. Dijo que la renuncia se debe a "motivos personales", aunque es un secreto a voces que el presidente llevaba tiempo a la greña con algunos miembros de la junta directiva. Especialmente con uno de ellos, Javier Fernández, presidente de la Asociación de Vecinos de Vallobín y vicepresidente segundo de Fegea. "No hemos tenido ningún problema entre nosotros. En su dimisión no figura nada de eso", se limitó a explicar ayer Javier Fernández. Otros dirigentes de la entidad, "fuera de micrófono", aseguran lo contrario. "Si es que ni se hablan", señala uno de ellos que prefiere mantenerse en el anonimato.

Tanto Pablo Fernández Cabañas como Javier Fernández están vinculados al Partido Popular. "Pero es que Javier es más político. Lleva todos los asuntos a ese terreno y Pablo no está para nada de acuerdo con algunas de sus actitudes. Javier siempre está en el centro de la polémica", explican las mismas fuentes. "Seguro que Pablo va a decir que le faltaba tiempo para ejercer de presidente por su trabajo y por sus circunstancias personales, pero la verdad es que chocaba frontalmente con Javier", añaden.

Las fuentes consultadas por este diario sostienen que las cosas no tienen pinta de cambiar mucho después de la asamblea general que está prevista para el próximo día 20 de enero. Todo apunta a que Joaquín Salas -que ya estuvo en el centro de la polémica a raíz del proceso de selección de los nombres de las calles de Olivares- seguirá siendo el presidente de Fegea. "Pase lo que pase, lo que ha ocurrido no es bueno para la federación, que se queda tocada con cosas como estas".

Sin actividad

Las crisis internas no son el único problema de las federaciones vecinales ovetenses. Las asociaciones que las integran llevan tiempo "paradas", según sostienen, porque desde el Ayuntamiento no se les hace ni caso. "Hemos estado luchando por los distritos con uñas y dientes y no ha servido para nada. La mayoría de los proyectos aprobados para los años 2016, 2017 y 2018 están sin ejecutar, cuando solicitas una reunión con algún responsable del Ayuntamiento tardan siete meses en concedértela... Es normal que el movimiento vecinal decaiga porque las asociaciones se rinden ante la pasividad municipal", señalan fuentes de Fegea.

Otro de los males que afecta a los colectivos vecinales es la falta de relevos generacionales. "Las asociaciones están cada vez más envejecidas y los jóvenes no están dispuestos a asumir esas responsabilidades. Como sigamos así sólo van a salvarse aquellos colectivos que están controlados por los grupos políticos, que cada vez son más", señala un veterano líder vecinal.

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