Los leoneses hermanos Cantón fueron los visionarios que decidieron adquirir la antigua sidrería de los Zabaletas, situada en el alto de Buenavista y que era la última edificación de la salida de Oviedo hacia el Occidente. Los Cantón eran los propietarios del bodegón La Fama, junto a la fábrica de La Vega, y cambiaron a la zona alta de la ciudad, a un chigre con bolera y gran zona de aparcamiento, algo importantísimo en aquellos años. Además, el bar estaba junto a la parada del autobús.

Los Cantón llamaron al establecimiento La Gruta por una pequeña cueva en la que metían a enfriar el vino y la sidra. Era 1959 y la obra para reformar la vieja sidrería la hicieron con sus propias manos. Ya entre 1973 y 1974 se realiza la primera gran reforma. Sin cerrar ni un solo día por obras, aquel merendero se convierte en un complejo hostelero y hotelero con 55 habitaciones. Así estuvo hasta 1991, cuando se acometió la gran obra que convierte el establecimiento en lo que es actualmente. Se derriba la antigua construcción y se levanta la gran torre, lo que permite ampliar el número de habitaciones hasta 105. En 1999 los Cantón venden La Gruta a Argimiro Antón, Fermín Mora y Alfonso Ferreiro por 3.200 millones de pesetas. Amado Alonso lo compró en 2009.