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Oviedo también tuvo su público

La ciudad vivió conciertos históricos en la primera mitad de los noventa, con Michael Jakcson, "U2", Elton John o "Mecano"

Concierto de Michael Jackson en el viejo Tartiere en 1992. LNE

Eran otros tiempos y otra forma de hacer las cosas, pero Oviedo también tuvo su público, aunque no tanto como se pudiera pensar. La perspectiva de los años y la vehemencia con la que lo recuerdan los que allí estuvieron han magnificado las cosas, algo que no pasa sólo en Oviedo, sino también en Gijón, por poner un ejemplo de ciudad cercana que ha organizado macroconciertos de estrellas internacionales. El tripartito ya ha renunciado a este tipo de espectáculos y se plantea sesiones de formato medio. Se habla de actuaciones para 5.000 personas en una ciudad en la que está prohibido tocar en los bares.

El viejo Tartiere, en Buenavista, era el templo de la música de aquellos años. Por allí pasaron algunos de los más grandes y ninguno llenó. No es que no se vendiesen todas las entradas, es que ni siquiera regalándolas, y se regalaban muchas, se agotó el papel. Al margen de que las cifras de asistencia que se hacen públicas están en muchos casos alejadas de la realidad, infladas por promotores o instituciones.

Además Oviedo nunca estuvo en ese circuito de conciertos internacionales, ni siquiera en los noventa. Los grandes artistas que venían a la ciudad lo hacían a golpe de talonario. En el circuito sí que está Gijón desde que la metió a lo grande Tina Turner en julio de 1990. Ahí Oviedo se picó y quiso hacer lo mismo que la vecina ciudad. Eran años de pujanza económica y dos meses largos después de la actuación de la reina del rock en Gijón, el 5 de octubre de 1990 la capital del Principado se subía a la ola musical con la actuación de los "Beach Boys" y Jerry Lee Lewis. Fue un concierto raro y fuera de toda lógica de programación, pocos días después de acabar las fiestas de San Mateo. La cosa no fue bien. Tan sólo 12.000 personas acudieron al Tartiere y nunca se sabrá cuántos pagaron la entrada. Aun así, Oviedo siguió surfeando en aquellas aguas organizando conciertos que no eran rentables pero que daban lustre a la ciudad. La clave es si la pérdida compensa el brillo. Hay casos como el de Michael Jakson que parece claro que sí, al igual que los "Rolling Stones" en Gijón. No se gana dinero, pero sí presencia.

En 1991 el gran concierto de San Mateo no fue ni en el Tartiere ni en la plaza de toros, ni siquiera fue un artista internacional. El que triunfó aquel año en Oviedo fue "Mecano" con su gira "Aidalai", que metió en las pistas de San Lázaro, esas que ahora se quieren recuperar, unas 25.000 personas según las cifras oficiales. Aquella noche de San Mateo lo de San Lázaro era espectacular. El concierto empezó con retraso por problemas en los accesos y en la pista era prácticamente imposible moverse.

El año siguiente, 1992, fue el del gran doblete. Elton John actuaba en julio ante 25.000 personas en el Tartiere y Michael Jackson lo hacía en el mismo escenario y ante el mismo número de asistentes en septiembre. Jakson llegaba a Oviedo con su mejor gira, "Dangerous", y ni siquiera así se vendió todo.

Otra de las grandes noches ovetenses estuvo mojada por un tremendo chaparrón. Fue en mayo del 93. Casualmente, justo quince días antes del primer concierto de Bruce Springsteen en Gijón. "U2" llegaba a Oviedo nada menos que con su espectáculo "Zooropa" y para colmo acompañados de los "Ramones", una locura para los amantes del pop-rock. Como llovió mucho la cifra oficial fue de 20.000 asistentes. A partir de ahí, la cosa fue languideciendo poco a poco. Hubo perlas como la sesión de Van Morrison, "The Chiftains" y Carlos Núñez en 1995. O Lou Reed en 1996.

Oviedo tuvo su público, de pago o con invitación, pero bailó al son de aquella música.

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