La despedida íntima que tuvo a la una de la tarde de hoy en el cementerio tinetense de Santullado el restaurador Conrado Antón Pertierra, "Marcelo Conrado", alma durante décadas de Casa Conrado y La Goleta, tiene y aún tendrá más eco mañana. Será durante su funeral, en la basílica de San Juan, a las 17.00 horas, donde se oirán multiplicados los testimonios de todos los que fueron comensales o compañeros de gremio de un gran profesional de la hostelería, símbolo del mejor Oviedo, fallecido el miércoles a los 73 años.

"Fue una figura indiscutible de la hostelería asturiana", "una parte de la historia de la gastronomía astur", "restaurador y relaciones públicas de primer orden", "impulsor de una forma de entender la restauración donde la calidad de la cocina competía con un servicio excelente", "ejemplo de trayectoria humana, de profesionalidad y de valentía empresarial modelo de nuevas generaciones"€ Con esas y otras muchas expresiones, pronunciadas tras su fallecimiento o durante sus tiempos de mayor gloria por compañeros y especialistas, se teje el perfil de "un baluarte del mejor oficio hostelero", como ha dicho el presidente de Otea, la patronal de la hostelería, José Luis Álvarez Almeida.

Fue en 1994 cuando Casa Conrado, con una historia detrás de casi 20 años, recibe el Premio "Principado de Asturias" de Hostelería. Y ya entonces Ignacio Gracia Noriega describía lo que fueron cualidades del local, marcadas a fuego por su gerente y su equipo: "el premio de este año reconoce no sólo a un excelente restaurante, sino también a una recta trayectoria: el recuerdo del viejo Conrado, la presencia de doña Jesusa, el sentido empresarial de Marcelo, la sabiduría de Pichi y la atención de Satur, Pelayo o Lope. No se premió simplemente una cocina, sino a una 'casa': a toda una institución asturiana y ovetense".

De esa "institución" Marcelo Conrado ejerció siempre como el mejor de los anfitriones posibles, cualidad que unida a la calidad del producto y del servicio hicieron de Casa Conrado y La Goleta el punto de encuentro durante décadas de empresarios, políticos y personalidades propias de la región, además de centro oficial de recepción y la mejor carta de presentación ante cualquier celebridad que visitaba la comunidad.