"Elaborar un mapa genético ayuda a curar enfermedades hereditarias, y ése es hoy uno de los principales objetivos de las investigaciones que se llevan a cabo". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Andrea Otero, asesora genética del IMOMA, que intervino en la charla coloquio titulada "Recorriendo el ADN de Asturias: las terapias a la carta, los tratamientos del futuro", en la que también intervino Tania Fernández Navarro, bióloga, directora del laboratorio Criogene, y que presentó el médico Herminio González.

Andrea Otero diferenció la enfermedad genética de la hereditaria y precisó que no todas las enfermedades genéticas se heredan. "Una alteración genética hace que esas células sean diferentes al resto; hay que valorar si es una cuestión hereditaria o si ha sucedido al azar".

Las modernas técnicas permiten realizar un estudio genético de los pacientes, a los que se les informa acerca de si hay más datos disponibles sobre su enfermedad. "En el caso de que más familiares quieran estudiar la causa de una enfermedad concreta es posible hacerse un estudio exhaustivo", indicó Andrea Otero.

Tania Fernández Navarro llamó la atención sobre la importancia de conservar el ADN, una práctica que hoy en día ya no es privativa de personas con alto poder adquisitivo.

"Los beneficios de un test genético son muchos, entre ellos conocer la causa de la enfermedad y saber qué riesgos tienen nuestros descendientes", aseguró.

A partir de estos estudios también es posible adoptar cambios en el estilo de vida que pueden ralentizar la aparición de la enfermedad, tal como aseguraron las especialistas. El fin último de la elaboración de mapas genéticos es la posibilidad de diseñar terapias personalizadas. Andrea Otero tampoco pasó por alto la gran cantidad de información que pueden obtener unos futuros padres a través de estas nuevas técnicas. "Hoy en día es posible decidir tener un hijo sano, que no pase por lo que ha pasado anteriormente la familia a causa de esas enfermedades hereditarias", aseguró.

La cardiología y la oncología son dos de las especialidades en las que más se emplean este tipo de nuevas terapias. "Se sabe que hay alteraciones genéticas que aportan mayor riesgo de padecer cáncer; conocer ese riesgo hace que podemos modular ciertos estilos de vida perjudiciales", explicó Tania Fernández.

Andrea Otero aludió al caso específico de la actriz Angelina Jolie, "que ayudó a mucha gente a conocer lo que es la terapia genética". La estrella de Hollywood se extirpó los ovarios ante el elevado riesgo que tenía de desarrollar cáncer. También se practicó una doble mastectomía. Su madre y su tía habían muerto por un tumor de ovario y pecho, respectivamente, y, al haber heredado la misma mutación en el gen BRCA-1, que predispone a desarrollar una neoplasia en estos órganos, eligió la alternativa más radical para evitar seguir el mismo destino que sus familiares.

Aunque el cáncer hereditario es poco frecuente y sólo en torno al 5% de los 22.000 casos de tumores de mama que se diagnostican al año en España se asocian a estas alteraciones, Andrea Otero consideró importante que cada persona con su información genética tome la decisión que considere más adecuada.

La campaña "Recorriendo el ADN de Asturias", organizada por Criogene con el Instituto de Medicina Oncológica y Molecular de Asturias, tiene como fin llamar la atención sobre la importancia de preservar el ADN para mejorar la salud de las generaciones venideras.