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La Federación decide si hace cambios en el reglamento

La agonizante cuatreada ovetense tiene un nuevo ídolo. En unos tiempos en los que la práctica del deporte autóctono cotiza a la baja en la capital asturiana -actualmente sólo la peña Tino El Panadero compite en el torneo regional por equipos-, los aficionados se aferran a una última esperanza para recuperar la actividad del que, en su día, allá por principios del siglo XX era el deporte rey de la ciudad. Ese clavo ardiendo es el joven Isidro Valverde quien, a sus 21 años, acaba de consagrarse entre los grandes de la modalidad en la región con su triunfo en el prestigioso torneo de Campeones de Navidad de la gijonesa peña Reculta.

Desde el año 2000 la prueba gijonesa marca la última gran competición del año y reúne a los ocho roscadores más contrastados del momento. Valverde se ganó el pasaporte para esta selecta prueba con su victoria en el Torneo Villa de Gijón resuelto a finales de primavera en la bolera de La Camocha. Su triunfo en la final de este torneo provincial abierto a todas las categorías frente a Miguel García "El Caraqueñu" ya fue un salto de calidad importante, pero el precoz campeón precisaba vencer a rivales de mayor palmarés para confirmarse.

Esa oportunidad le llegaría hace escasas fechas en la bolera del barrio del Natahoyo. Isidro quedó encuadrado en un "grupo de la muerte" junto al vigente campeón de Asturias, el lavianés Sergio Hevia; el nueve veces campeón regional, el veterano Bernardo Menéndez; y uno de los fijos en las fases finales de los torneos absolutos como es el roscador de la peña El Piles, Alejandro Nuño.

A pesar de caer de manera contundente por 10 a 3 en su segunda partida del grupo frente a Sergio Hevia, el de Tino El Panadero cerró su pase a semifinales tras vencer en sus dos partidas restantes frente a Bernardo y Alejandro Nuño por 10 a 7 y 10 a 8, respectivamente.

La clasificación como segundo de grupo tenía un peaje a pagar. Isidro debía vencer al once veces campeón de Asturias y gran favorito al triunfo final, Javier Pruneda, para estar en la partida por el título. Ese emparejamiento permitió a Valverde dar la campanada y eliminar al favoritísimo por 14 a 11.

Superado el principal escollo, la final resultó más asequible de lo esperado. Pablo Fernández, cangués de tan sólo 17 años, dio también la sorpresa y doblegó a Sergio Hevia, verdugo de Isidro en la primera fase, por 14 juegos a 11. En la final el juvenil no logró completar su machada y cayó por un amplio 14 a 8 frente a Isidro en una de las finales más jóvenes que se recuerdan en el circuito asturiano.

La réplica del preciado trofeo de plata entregado a cada campeón del torneo organizado por la peña gijonesa supuso la confirmación Isidro Valverde como uno de los jugadores más a tener en cuenta de cara a los próximos años en los que veteranos rivales como Pruneda ya saben que tendrán un nuevo escollo para agrandar su ya de por sí vasto palmarés.

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