El ovetense José Luis Díaz Ramos, que se enfrenta a 25 años de cárcel como acusado de perpetrar el "crimen de Salesas", jura y perjura que no fue el autor de las cuchilladas que acabaron con la vida de José Manuel Fernández en el cuarto de basuras del número 8 de la calle Primo de Rivera. Reconoce la noche del 26 de junio del 2017 estuvo en el edificio en el que se cometió el asesinato, pero asegura que el único motivo que lo llevó allí fue su fuerte adicción a las drogas. "Sólo fui a casa de una amiga a ponerme un pico de cocaína", dijo ayer durante el juicio que se está celebrando contra él en la sección segunda de la Audiencia Provincial. "No lo maté. Hay un asesino suelto y lo estoy pagando yo", insistió ante un jurado popular compuesto por siete hombres y cuatro mujeres.

El fiscal del caso considera que la muerte de "Lolín" es el triste final de una compleja historia de amor y celos en la que la droga y el dinero también juegan un papel protagonista. El ministerio público defiende que el acusado lo cosió a navajazos "porque no podía soportar" que la víctima hubiese compartido piso con una mujer con la que él había tenido una relación hacía doce años, una toxicómana que murió sólo unos días antes del asesinato a consecuencia de una grave enfermedad. Según la versión del fiscal, José Luis Díaz Ramos buscó una excusa para quedar con "Lolín" en el cuarto de basuras y allí, "agazapado" y aprovechando la situación de inferioridad de un hombre al que le faltaba una pierna, le asestó dos puñaladas mortales.

José Luis Díaz Ramos fue grabado por las cámaras de seguridad a las 00.04 horas entrando en el portal y seis minutos después saliendo de su interior con las manos metidas en los bolsillos de su cazadora de plumas. Él sostiene que no es un asesino. "No tenía celos de ningún tipo. Fui a casa de otra vecina que a veces me dejaba pincharme allí a cambio de un poco de droga. Ese día tenía el mono y no tenía dinero, por lo que fui hasta allí para ver si ella podía arreglarme. No sabía ni que había un cuarto de basuras en el edificio", asegura con rotundidad el acusado.

La amiga a la que se refiere el acusado es una prostituta que vive en el mismo edificio en el que lo hacía José Manuel Fernández, una mujer que en su momento declaró que José Luis Díaz Ramos "estaba obsesionado" con la mujer que vivía con "Lolín", que quería volver a ser oficialmente su pareja y que "le tenía mucho odio" al fallecido. Esos "celos tan intensos", según defiende la mujer, le llevaron a proferir serias amenazas contra la víctima. Frases como esta: "En cuanto cobre la pensión lo voy a matar porque tengo que dormir con ella, y ella sólo está con él por dinero".

Autopsia

La autopsia oficial refleja que la muerte de José Manuel Fernández se produjo "en torno a las cuatro o cinco de la madrugada" del 27 de junio, pero los investigadores de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía Nacional (UDEV) consideran que recibió los navajazos unas horas antes y que el asesino se fue del cuarto de basuras del edificio de Salesas cuando su víctima aún estaba viva y agonizando a consecuencia de las heridas. "No tenía nada contra él. Sólo me quedaba a veces en su casa porque ella -por la mujer fallecida- estaba muy enferma y me daba mucha pena. Incluso fui yo quien llamó a la ambulancia el día que intentó suicidarse", explica el acusado haciendo referencia a un episodio ocurrido un tiempo antes del crimen, cuando "Lolín" habría intentado quitarse la vida tomando la metadona de su compañera. "Yo creo que era él -por el fallecido- el que tenía celos de mí. No me gusta hablar de gente que está muerta, pero ella sólo estaba con él para poder mantener sus vicios", añade.