La Policía considera que el cuchillo roto que apareció junto al cadáver del hombre asesinado en un cuarto de basuras del edificio de Salesas, en Oviedo, no fue el arma homicida, pero que pudo haber sido utilizado por la víctima para defenderse pese a que no presentaba signos de defensa.

Así lo ha manifestado hoy el responsable de la Brigada de Policía Científica en la fecha de los hechos -el 27 de junio de 2017-, Isaac Carrera, en la segunda sesión del juicio en la Audiencia Provincial que juzga a José Luis D.R. como presunto autor de un crimen por el que afronta una pena de 25 años de prisión.

Carrera ha declarado que no descarta que el cuchillo roto pudiera llevarlo la víctima, José Manuel Fernández, "Lolín", para defenderse si bien ha ratificado que no tiene base técnica para confirmarlo, aunque es lo que "se deduce del sentido común", ha dicho.

El testigo ha explicado que tampoco puede descartar que pudiera estar relacionado con la basura arrojada por los vecinos, mientras que la posibilidad de que el autor del crimen llevara dos armas lo ha considerado como "poco probable".

No obstante, ha asegurado que descartaron que el cuchillo roto que apareció cerca del cadáver fuera el arma homicida porque la hoja no estaba manchada de la cantidad de sangre compatible con la muerte, aunque estaba relacionado con el crimen.

El cuchillo era de mala calidad y al ejercer fuerza la hoja se rompió y se separó del mango, ha descrito el policía que ha afirmado que a la víctima le arrancaron de forma violenta el reloj porque se halló el pasador de la correa en el cuarto de basuras y la víctima tenía una pequeña escoriación en la mano derecha.

Carrera ha explicado que los agentes preservaron la escena del crimen, sin tocar nada, y lo primero que él vio fue el cuchillo roto, las muletas a ambos lados del fallecido, una caja de cartón acuchillada o perforada, el pasador de la correa de un reloj y muchas manchas de sangre.

El responsable de la Policía Científica ha manifestado que toda la superficie del pequeño espacio de cuarto de basuras, que no llegaba a cuatro metros y estaba ocupada por seis cubos -cuatro de ellos de pie y otros dos caídos- estaba manchada de sangre.

El edificio de Salesas contaba con imágenes de vigilancia, había dos cámaras y un grabador, pero no había monitor y los policías que hoy han declarado han ratificado que había un desfase de 35 minutos sobre la hora real.

Los policías que estaban a cargo de las cámaras vieron al acusado picar al telefonillo del edificio de Salesas durante la tarde del 27 de junio de 2017, entrar en el ascensor y por la noche le vieron salir del inmueble con las manos en los bolsillos de un plumas.

Ese día entraron y salieron "muchas personas" del portal, un edificio donde había varias casas de citas donde se ejercía la prostitución y la venta de sustancias estupefacientes.

En la primera sesión del juicio, celebrada ayer, el acusado José Luis D.R. negó cualquier relación con la muerte de José Manuel Fernández, que compartía piso con su exnovia, y dijo que "el asesino anda por ahí".

El fiscal y la acusación particular piden para José Luis D.R., una pena de 25 años de prisión, otra medida de libertad vigilada y la prohibición de residir en Asturias durante diez años.

La única discrepancia entre las acusaciones es la cuantía de la indemnización, ya que el fiscal solicita 30.000 euros para cada uno de los dos hermanos de la víctima mientras que la acusación particular eleva la petición a 50.000 euros.