Las visitas al archivo municipal están suspendidas ante la falta de salidas legales de evacuación en caso de emergencia. La estrechez del espacio, en el último piso del Ayuntamiento, obliga a impedir la entrada de grupos de escolares o usuarios de centros sociales, unas visitas muy habituales hace unos años como parte de la política de fomento del patrimonio local. Así lo recoge un informe elaborado en julio por la jefa de sección de Archivos y Documentación del Consistorio, Ana Herrero, en el que, además, afirma que el archivo incumple la normativa de prevención de riesgos laborales sobre las dimensiones mínimas que debe tener un local de trabajo.

El escrito dice así: "...tampoco hay que olvidar el informe de junio de 2006 de la Inspección de Trabajo sobre irregularidades en materia de prevención de riesgos laborales en locales municipales, que señaló un plazo de seis meses para corregir las deficiencias observadas en el archivo relativas a las dimensiones mínimas de los locales de trabajo, que, teniendo en cuenta las características espaciales del local del que disponemos, son de imposible solución". Es decir, que hace al menos trece años que el archivo quebranta la normativa de riesgos laborales.

Herrero también hace referencia en su escrito a la saturación del archivo y a la necesidad de aumentar la plantilla de un servicio que, en la actualidad -tal y como explicó ayer este periódico-, sólo cuenta con ella como técnica especializada y con una auxiliar administrativa. Estas deficiencias llevan aparejadas la demora de los plazos de atención al público. Hace unos años, los trabajadores recibían a los usuarios en el momento y les entregaban sus peticiones prácticamente al instante (licencias, contratos o expedientes), pero ahora pueden pasar hasta 48 horas. La razón principal radica en que la documentación está desperdigada en distintas dependencias municipales. Por ejemplo, un depósito en la calle Quintana que hace cuatro años también alcanzó el tope de su capacidad. Esto significa que los funcionarios (Ana Herrero y la auxiliar, Luzdivina Magdalena) tienen que desplazarse continuamente de la plaza del Ayuntamiento a Quintana o a las sedes de la abogacía consistorial, contratación o urbanismo para coger y llevar papeles. Y la media de consultas es de 20 o 25 al día.

La archivera municipal asegura que en los últimos tiempos ha aumentado significativamente su jornada laboral para poder cumplir correctamente con todo el trabajo y evitar la acumulación de tareas y pedidos que le llegan, incluido el manejo de documentación en papel y en formato digital. El exceso de horas llega al punto de que en algunas ocasiones Herrero no puede comer o lo pospone hasta las siete o las ocho de la tarde.