"No soy una musa de los ochenta. La musa es una figura pasiva y yo reivindico a la mujer activa y creadora. Como escritora, necesito 'musos' y musas". Ángeles Caso (Gijón, 1959) defendió ayer el papel de las mujeres en la historia durante un encuentro con alumnos del Instituto Alfonso II organizado por el departamento de Lengua y Literatura del centro.

Los chavales habían estudiado previamente la biografía de la escritora y periodista para poder mantener con ella una charla distendida, y, como ejercicio de clase, habían escrito 64 cartas fingiendo ser ella misma y varias entrevistas simuladas. Al conocer su carrera y obra al dedillo, la esperaban con nervios y admiración a partes iguales.

Caso hizo su entrada en el salón de actos a eso de las 11.30 horas entre aplausos e incluso tuvo que pararse varias veces a hacerse selfies con los estudiantes. Uno de ellos, junto a Fallou Loum, un alumno de 16 años de tercero de la ESO que levantó los dedos en señal de victoria orgulloso de posar "con un referente de la literatura".

La escritora reveló que era la primera vez que entraba allí pese a haber estudiado de adolescente a escasos metros, en el Aramo, entonces llamado Instituto femenino. "Era la época en que se segregaba a los chicos y a las chicas en edificios diferentes. Me pasé siete años quedando en la puerta de este Instituto con amigos e incluso con mi hermano, que también estaba aquí matriculado", explicó antes de contar por qué decidió hacerse escritora. "Mi padre era profesor de Literatura y transmitió a sus hijos el amor por los libros y las historias narradas. Nos contaba cuentos muy especiales como la historia de Alonso Quijano o de Ulises. Desde chiquitina supe que quería ser escritora".

Los chicos quisieron saber si tenía miedo a perder la inspiración (sus criticadas musas) en algún momento. "Por supuesto, eso puede pasar", respondió ella matizando que para escribir es necesario tener pasión y mucha constancia. "De momento, voy libro a libro, pero si alguna vez me quedo sin inspiración ya veré cómo me gano la vida", añadió. Además, Caso animó al alumnado a "dejarse llevar por la magia de los libros" buscando tiempo durante el día para leer sin necesidad de dejar de lado el ocio basado en internet, los videojuegos o el mundo digital en general: "Todo lo que hagáis con espíritu crítico os enriquecerá".

Parte de su defensa del papel de la mujer en la historia y la cultura se basó en denunciar la escasez de referencias femeninas en los libros de texto de los ciclos de Infantil, Primaria y Secundaria, en donde sólo el 10% de los nombres que aparecen son femeninos. A su juicio, los libros utilizados hoy en día en las aulas ofrecen una visión "androcéntrica" de hechos pasados dejando de lado las acciones o los logros de las mujeres.

Caso estuvo más de dos horas en el Alfonso II al compartir su tiempo con dos grupos de chavales de diferentes edades; uno de tercero de la ESO y otro de segundo de Bachillerato. La actividad forma parte de un programa educativo respaldado por el Ministerio de Cultura.