Visto para sentencia. El juicio contra José Luis Díaz Ramos, el ovetense acusado de perpetrar el crimen de Salesas, terminó ayer tras cuatro intensas sesiones igual que comenzó el pasado lunes: con el fiscal que lleva el caso solicitando 25 años de prisión para el procesado al considerar que fue él quien acuchilló a "Lolín" en el cuarto de basuras de su edificio la noche del 26 de junio del 2017. Según sostiene el ministerio público, representado por Miguel Rodríguez Marcos, "existen suficientes elementos inculpatorios" como para que el "Gochín de Ventanielles" -así se conoce en Oviedo al inculpado- pase el próximo cuarto de siglo entre rejas.

Lo mismo piensa la abogada de la familia del fallecido, Patricia Baizán. La letrada y el fiscal aprovecharon su turno de conclusiones para transmitirles a los miembros del jurado popular que hay "indicios" suficientes como para condenar al acusado a pesar de que no se ha encontrado el arma del crimen y de que no existe ningún rastro de ADN del procesado en la escena del crimen. "Este juicio se basa en pruebas indiciarias porque ningún asesino sube sus crímenes a Instagram, pero hay un tsunami de indicios para demostrar que debe ser condenado", sostiene Rodríguez Marcos.

El fiscal considera que "ha quedado demostrado" que la víctima tenía que conocer a su asesino y que por eso accedió a bajar al cuarto de basuras dejando en casa el teléfono móvil, las luces encendidas y su prótesis (le faltaba la pierna izquierda). José Luis Díaz Ramos -que aparece en las cámaras de seguridad accediendo al edificio a las doce y cinco minutos de aquella noche- conocía a "Lolín" porque frecuentaba su casa para estar con la mujer que compartía piso con el fallecido, una toxicómana como él, que famurió días antes del crimen tras una dura enfermedad y que antes había mantenido una relación sentimental con el "Gochín de Ventanielles". Rodríguez Marcos sostiene que el acusado "odiaba" a la víctima por celos y que sólo reconoció que había estado en el número 8 de la Plaza Primo de Rivera cuando la Policía le dijo que en el portal había cámaras. También defiende el ministerio público que el móvil del robo no se sostiene, que "Lolín" no pudo suicidarse o que existen declaraciones de testigos que aseguran que el acusado quería acabar con la vida del difunto.

Luis Tuero, el abogado de la defensa, sigue convencido de que su cliente es inocente y de que no existe ninguna prueba para inculparle. "¿Cómo pudo matar a una persona y limpiar la escena en menos de cinco minutos sin que haya ningún rastro suyo? Si la víctima estaba amenazada por él, ¿por qué le abrió la puerta y bajó al cuarto de basuras? La investigación ha sido una chapuza", dijo. El jurado comenzará hoy a deliberar.